El día que el Sporting congeló el Santiago Bernabéu

Gijón

Han sucedido muchas cosas, pero no ha pasado tanto tiempo. Ni cinco años. El 2 de Abril de 2011, el sportinguismo vivió una jornada mágica, inolvidable. "Puede que sea mi mejor recuerdo como futbolista", dice Nacho Cases cuando, a las puertas de volver al Santiago Bernabéu, recuerda aquella tarde memorable en la que el Sporting le ganó al Real Madrid y Manolo Preciado se tomaba su particular 'revancha' con José Mourinho.

El gol de Miguel De Las Cuevas en el minuto 78 sorprendió al Real Madrid, que todavía tenía opciones de ganar la Liga. Los blancos se volcaron al ataque, pero el Sporting defendió como un solo hombre aquel marcador que, además de servir para vengarse de las críticas de Mourinho (que había acusado al equipo gijonés de ponérselo fácil al Barcelona por haber "salido con los suplentes") resultó clave para que el Sporting consiguiera la permanencia a final de temporada.

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Los últimos minutos del partido fueron una auténtica agonía. Juan Pablo hizo paradas de todos los colores e incluso Botía sacó un balón sobre la línea de gol. Aquellos minutos se hicieron interminables: los madridistas se desesperaban y miles de sportinguistas, desde la zona más alta del estadio, no paraban de animar mientras miraban el reloj. Cuando González González señaló el final del partido, el Bernabéu se convirtió en un pequeño Molinón, con una fiesta rojiblanca en el césped y en la grada.

Aquel día Mourinho aparcó el orgullo y, en un gesto muy valorado por los rojiblancos, acudió al vestuario del Sporting a repartir enhorabuenas por la victoria. Fue el inicio de la reconciliación entre Preciado y el luso.

Cuatro años después, el Sporting vuelve al Santiago Bernabéu. Ahora, como en aquella ocasión, se presenta como víctima propicia. Pero en el fútbol, a veces, pasan cosas.