Los Aceituneros
Emilio Durán, ex comisario de Ciudad Real, nos evoca una imagen que por estas fechas se repite en los campos de nuestra provincia: la campaña de la aceituna.

Ciudad Real
En estas mañanas frías del mes de enero, los campos de Andalucía y Castilla se salpican de columnas de humo blanco que se desvanecen en altura y se funden con la niebla. Tal vez, usted, como yo, lo haya observado y sentido curiosidad por este fenómeno. Lo generan las sufridas cuadrillas encargadas de la recolección de la aceituna.
Con las primeras luces del día ya están en el olivar y, antes de comenzar la faena, encienden una buena lumbre para desentumecer sus heladas articulaciones y quitar la escarcha a las varas con las que faenarán toda la jornada.
Un trabajo doblemente duro este de “la aceituna”, tanto por el esfuerzo físico que requieren el vareo y desplazamiento de los mantones cargados de fruto como por las malas condiciones climatológicas de esta época del año. Y muy sucio, pues terminan manchados de barro y grasa.
Es un trabajo en equipo y como tal tiene que estar bien coordinado para rendir mucho y cansar menos. Unos arrastran las mantas, otros varean, tal vez alguno recoja los frutos caídos al suelo, y el dueño de la explotación, que igualmente trabaja, dirige las tareas. Gracias a ellos podemos disfrutar del saludable y sabroso aceite de oliva que nos diferencia y prestigia en todo el Mundo.
Por eso, en estos días de augurios inciertos para el futuro de este país llamado España en que los medios de comunicación se alimentan hasta la gula de la política y sobran protagonistas para llenar los espacios de prensa, radio y televisión, permítanme desmarcarme de esa línea con esta sencilla referencia a “los aceituneros” y con el reconocimiento a su trabajo.
Reconocimiento que quiero hacer extensivo a todos esos trabajadores anónimos, manos y pies de nuestra economía, que rara vez son noticia, y a las buenas gentes que, como describiera Machado, “viven, laboran, pasan y sueñan”, y que, en esta sociedad convulsa y crispada, nos abren una ventana a la esperanza en un mundo mejor.
Muchas gracias a ellos y a ustedes por su atención.




