Por eso pita Mestalla
El Valencia vuelve a complicarse la existencia con una primera parte sencillamente indecente. Pese al gol en el último suspiro de Paco Alcácer, Mestalla despide al equipo con pitos castigando su apatía. La comparación con el esfuerzo ante Madrid y Barça desnuda al vestuario que dirige Gary Neville.

GRA060. VALENCIA, Los jugadores del Valencia al término del partido de la vigésima jornada de Liga de Primera División disputado ante el Rayo Vallecano esta mañana en el estadio de Mestalla que ha finalizado con empate a dos goles. EFE, Kai Försterling / Kai Försterling (EFE)

Valencia
En casi treinta años de peregrinaje permanente a Mestalla, no he conocido ninguna versión del Valencia que ganara partidos andando. Es más, los equipos campeones a las órdenes de Héctor Cúper o Rafa Benítez siempre se caracterizaron por niveles de trabajo e intensidad muy superiores a la media. Futbolistas con mayúsculas a los que muchos integrantes de la plantilla actual no les llegan ni a la suela de la bota se dejaban el alma. Se mataban a correr, mordían por cada balón dividido y hacían de la presión una forma de vida.
Cualquiera de aquellos partidos de hace más de una década debería ser DVD obligatorio esta semana en la sala de vídeos en Paterna. Quizá así más de uno entienda el escudo que defiende, el significado del brazalete que se pone y la SAD que le paga. Muy bien, por cierto. Demasiado bien. Confundido por la goleada copera ante el Granada, alguno salió a jugar contra el penúltimo pensando que el Valencia ganaría sin bajar del autobús. Paseando, volviendo a defender al trote, perdiendo la marca con inexplicable facilidad. Un caricatura de equipo que se está ganando a pulso jugar la próxima Champions... en la Play Station.
Mestalla se indigna, y con toda la razón. Hubiera pitado si el partido acaba 1-2 y, con toda la coherencia del mundo, abucheó al equipo a pesar del gol in extremis de Paco Alcácer. El respetable pita por acumulación de disgustos. No es decente que el Valencia empate en casa contra equipos como Betis, Depor, Las Palmas o Rayo. Sobre todo, jugando a nada. Pero lo que, creo, más enciende al entorno es la comparación del esperpento apático de este mediodía con el derroche de hambre y ganas que -los mismos jugadores- ofrecieron ante Real Madrid y Barcelona. Es indigno elegir partidos cuando un vestuario como el que dirige Neville está -ya en la segunda vuelta- a siete puntos del descenso. Por eso pita Mestalla.

Fran Guaita
Licenciado en periodismo por la Universidad Cardenal Herrera CEU. Trabaja en Radio Valencia desde 2013....




