Mis padres son agresivos en el campo y yo no vuelvo a jugar al fútbol

Castilla y León

Los campos del deporte base de Castilla y León vuelven a ser testigos de la violencia injustificada de los adultos.

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Esto ocurría en Salamanca, aunque existen casos en el resto de la Comunidad, durante un partido de fútbol entre niños de 10 años (categoría benjamín) con mucha pasión por el ese deporte. Un jugador cae al suelo, nada grave, una situación fruto del forcejeo típico de un partido, el árbitro no lo ve y el encuentro continúa. Hasta aquí, todo normal pero, ¿qué sucede un instante después? Comienza el conflicto. Los padres de ese chico saltan al terreno de juego (algo prohibido)  e increpan al árbitro (este suele ser un chico joven que está empezando a dar sus primeros pasos arbitrando). Unos dicen que 'hubo agresión' y otros que 'solo un intento'. Sea como sea, la violencia debe ser castigada en cualquier ámbito y más en el deporte ya que, presumiblemente, trasmite otros valores pero, ¿quién sufre las consecuencias de ese acto violento de los adultos? El que menos culpa tiene. El niño se queda sin jugar porque habitualmente son expulsados de los clubes por la actuación de los padres y la Federación de Fútbol de Castilla y León impone una sanción económica al equipo.

La pasión por el deporte de los más pequeños, empañada una vez más por las bochornosas actuaciones de los adultos. De esto hemos hablado con los implicados en A vivir que son dos días Castilla y León.