La huelga no es delito
Firma de opinión, Said Faz. La huelga no es delito. Córdoba Hoy por Hoy.
01:35
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/019RD010000000166389/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Córdoba
Numerosos trabajadores sindicalistas están siendo perseguidos y condenados por participar en las huelgas convocadas por sus organizaciones. Uno de los casos más sonantes es el de los ocho trabajadores de AIRBUS a los que se le pide más de ocho años de cárcel por su participación en la huelga general del 29 de septiembre de 2010, ósea, por cumplir con sus obligaciones como representantes que son; de los trabajadores y trabajadoras, y por ejercer un derecho recogido en la Constitución Española.
Trabajadores rebeldes que no aceptaron la sumisión ni la injusticia impuesta, y no tuvieron más remedio que elegir entre el paro o la pobreza, la precariedad o la lucha.
Hechos muy graves que explican claramente la relación entre la degradación laboral y una tendencia autoritaria a confundir e identificar de manera interesada la legítima protesta social con los desordenes y los altercados públicos.
Autoritarismo que es una consecuencia más del intento de separación política entre la democracia participativa y la utilización sectaria de las leyes y las instituciones. Autoritarismo que se comprueba diariamente en el uso partidista de los medios públicos de comunicación que pagamos entre todos, y que se han convertido en un aparato de propaganda del partido político en el poder, un autoritarismo que se comprueba en el espíritu de leyes como la de Seguridad Ciudadana, la llamada Ley Mordaza, que pone en peligro libertades fundamentales en una democracia.
Esto que llamaron crisis, ha sido una verdadera guerra, una guerra que la hemos perdido. Una guerra de los especuladores financieros contra la soberanía de las democracias, cuyo botín han sido los derechos y las libertades que nos han arrebatado medidas como la Reforma Laboral o la Ley Mordaza.