La barbarie de Antoni Camps
Los agraviados son los ciudadanos que abonan su generoso sueldo. Ahora entenderá mejor que hasta 75 mil de estos votantes dejaran de apoyar a las listas del PP en Balears, y que su Menorca natal esté íntegramente gobernada por la izquierda.

'La línea roja' de Matías Vallés
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Palma de Mallorca
Este comentario contiene lenguaje soez, que puede herir su sensibilidad. Vamos allá. Una falsedad en labios del diputado popular Antoni Camps no es noticia sino redundancia. El problema de su última patraña es que toda la prensa española ha titulado que "Un diputado balear difunde una foto falsa para atacar a Podemos". Es decir, la comunidad entera paga el descrédito de un individuo, además de pagarle un generoso sueldo.
El tuit completo del diputado Camps decía que "Aquí vemos a algunos miembros de Podemos meando a las puertas de La Almudena. La barbarie nos quiere gobernar..." Fin de la cita. En la imagen no hay ningún miembro de Podemos, en la foto no se ve La Almudena sino la Catedral de Buenos Aires. Y un diputado debería conocer la palabra "orinando".
Camps concluye que "La barbarie nos quiere gobernar...", pero la barbarie ya nos ha gobernado. Dado que Camps tira por lo escatológico, debió colocar en su tuit una foto de la expedición del PP al prostíbulo moscovita Rasputín. Puede reclamar la documentación obrante en el Parlament, en que los populares pretendían que se les reembolsaran con dinero público sus consumiciones en un burdel. La barbarie, sin duda.
Después de su ridículo estatal, Camps tuvo que pedir disculpas a Podemos en otro tuit. De nuevo se equivocaba. Los agraviados son los ciudadanos que abonan su generoso sueldo. Ahora entenderá mejor que hasta 75 mil de estos votantes dejaran de apoyar a las listas del PP en Balears, y que su Menorca natal esté íntegramente gobernada por la izquierda. O por la barbarie, que diría Camps.




