Sale Verger, entra Noguera
Verger no solo restituyó el honor a la capital al instar a retirar la placa de los Duques de Palma de la Rambla, también le devolvió el patrimonio a la ciudad, al evitar el regalo probablemente fraudulento del Palacio de Congresos.
'La línea roja' de Matías Vallés (29/01/16)
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Palma de Mallorca
Buenos días y adiós. Adiós a Antoni Verger. El líder en la sombra de Més renuncia a oficializar su cargo en primavera, tras fracasar en las elecciones generales. Sin embargo, Rajoy sigue ahí, nadie le ha comunicado el resultado electoral.
Antoni Verger es el político con más ambición, empuje y autoconfianza de Balears. Quería más, pudo conseguir más y se quedó sin nada. Sin la alcaldía de Palma y sin la conselleria de Medio Ambiente del Govern, por culpa de una imputación después anulada. Sin el escaño en el Congreso por no aliarse con Podemos. Sin la sucesión de Biel Barceló, por su renuncia.
La inmensa mayoría de nosotros pensamos que debimos correr mejor suerte, pero lo callamos para no exteriorizar nuestro fracaso. La inmensa minoría de nosotros saben que han llegado más alto de lo que merecen, pero callan para no llamar la atención sobre la injusticia. Verger se creía con derecho a más y no lo oculta.
El eco de la retirada de Verger demuestra el impacto de su personalidad, aunque él hubiera preferido que le votaran en diciembre.
Verger no solo restituyó el honor a la capital al instar a retirar la placa de los Duques de Palma de la Rambla, también le devolvió el patrimonio a la ciudad, al evitar el regalo probablemente fraudulento del Palacio de Congresos.
Hasta la vista y, como el espectáculo debe continuar, Verger sale de escena para que entre Antoni Noguera.
