No más peajes
Jesús López Santana, experto en comunicación social, analiza los efectos y consecuencia del cierre anunciado de la Mina Aguablanca, uno más de los peajes que paga la región
No más peajes
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Badajoz
El anuncio del cierre de la Mina Aguablanca por la empresa que tiene la concesión de explotación del Estado es un nuevo varapalo a Extremadura, una región donde la tasa de desempleo llega al 28 por ciento, la de abandono educativo al 24,5 y con miles de familias en riesgo de exclusión social.
No es una cuestión baladí. Hablamos de una explotación que genera casi 400 empleos en una zona de 20.000 habitantes en pueblos tanto extremeños, como andaluces.
Si a ello sumamos, los problemas que se avecinan con el tabaco tras el cierre de Altadis, las cortapisas en la energía solar o en la alta velocidad, da la impresión de que Extremadura siempre tiene que pagar peajes por su desarrollo. Y ha llegado el momento de decir basta.
Reacción rápida de la Junta, Sindicatos y Ayuntamiento que se han puesto manos a la obra para decir "no" al cierre de la mina. Pero es el Gobierno Nacional el que tiene la capacidad, los resortes y las herramientas para poner cordura a una decisión injusta e incomprensible de una empresa saneada y sin problemas económicos que, si perpetra el cierre impactaría muy negativamente en la vida de las personas.
