"Yo veía compañeras que se pinchaban Voltaren antes de empezar el turno"
Gladis Medina, delegada sindical y camarera de piso, relata en un libro, junto a un grupo de compañeras, la situación de precariedad laboral que atraviesa este colectivo
Camarera de piso / EFE
Santa Cruz de Tenerife
Un grupo de camareras de piso que trabajan en hoteles canarios, se han atrevido a hablar tras años de silencio por miedo a represalias. Lo han hecho en un libro que se presentaba esta semana. "Las que limpian los hoteles. Historias ocultas de precariedad laboral" recoge testimonios reales de camareras de piso, que sufren condiciones laborales y salariales abismales con respecto a otros trabajadores de la misma categoría.
La publicación, presentada por los sindicatos UGT y CCOO, incluye las historias de trabajadoras -como es el caso de Gladis Medina, donde relata que durante años vio compañeras con "problemas de espalda, algunas tuvieron que operarse las muñecas o chicas que llegaban a enfermar".
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Gladis Medina: "En el paso de los años he visto compañeras enfermar"
Recuerda que el primer día de trabajo observó, como "unas a otras se pedían que les pincharan Voltaren porque ese día fácilmente podían tener 10 salidas y muchos cambios". Reconoce que en un primer momento pensó si sería capaz de aguantar, "pero aguantas por necesidad".
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Gladis Medina: "Antes de empezar a trabajar, unas a otras se pinchaban Voltaren"
Estas camareras de piso que se han atrevido a hablar, están convencidas de que su trabajo no se valora, "somos las chachas de los hoteles, las apagafuegos de todos lados". Medina añade, que llega un momento en el que los dolores físicos "ya no te molestan tanto, afecta mucho más emocionalmente".
