La belleza y el peligro del mar

Una gran ola rompe contra las rocas que rodean a la Torre de Hércules, en A Coruña. / Cabalar (EFE)

A Coruña
El mar busca su sitio, y lo encuentra. En medio de olas de más de nueve metros, de catorce metros en Punta Langosteira, invadió el Paseo Marítimo consciente de su fuerza. Y se llevó por delante lo que encontró. Al margen de que habría que analizar la estructura de esa obra, hemos pasado la alerta roja sin desgracias personales, por suerte, porque la información y, sobre todo, la prevención funcionan. Aunque hay quien se acerca hasta donde puede, las cintas disuasorias y las vallas de seguridad salvan vidas. Y los dispositivos de alerta especiales. Poner la venda antes de la herida es necesario en días como los que hemos vivido. Que en esta ciudad del norte, a pesar de la fuerza de la naturaleza, han terminado con imágenes increíbles y esa sensación de que las cosas funcionan. No en todas partes, desgraciadamente, pueden decir lo mismo. El mar no para ante nada en medio del temporal.

Temporal en A Coruña / Atlas




