Bolso de Infanta, 1.350 euros

Palma de Mallorca

Prosigue el desmantelamiento del Govern Matas ante la Audiencia. La falsificación documental es el pecado mortal de los funcionarios, pero era un hábito en el ejecutivo balear del ministro de Aznar. Los únicos documentos de curso legal eran los billetes de los contribuyentes, que se regalaban a iniciativas tan desgraciadas como los foros Borbón-Urdangarin.

Quizás nos hemos apresurado en proclamar que todos somos iguales ante la ley, porque la Infanta dispone de seis abogados pertenecientes a uno de los bufetes más caros de España. No preguntaremos quién paga las minutas pero, a falta de corona, Cristina de Borbón ha lucido en las dos primeras sesiones un bolso de 1.350 euros y un reloj de dos mil euros. Cuatro mil euros en accesorios, el salario medio de tres trabajadores. Miquel Roca clama contra la "pena de banquillo" que sufre su clienta, pero le sobrarían voluntarios para someterse a esa tortura, si a cambio podían quedarse con el bolso y el reloj.

No queremos descender a los sótanos de la prensa rosa, pero la exhibición de abogados y signos externos es relevante cuando la pareja Borbón-Urdangarin ha denunciado su pobreza extrema. Cuesta asociar la precariedad económica con su ritmo de vida en una de las ciudades ma´s caras de Suiza y del planeta. La Infanta no se apiadó de contribuyentes en aprietos, cuando su Instituto cobró dos millones y medio de euros solo del Govern. Sin control alguno, según acaba de demostrarse. Como buenos mallorquines, seguimos pasando pena, pero no necesariamente de su banquillo.