La Policía sostiene que Jon E. mató a Losada golpeándole con una escultura
La agente que dirigió la investigación ha manifestado su convencimiento de que el arma homicida puede ser una escultura que representa un pie humano de casi 12 kilos
Bilbao
La agente de la Ertzaintza que dirigió la investigación del crimen del actor Koldo Losada ha manifestado su convencimiento de que el arma homicida con la que el acusado Jon E. golpeó en la cabeza a la víctima puede ser una escultura que representa un pie humano de casi 12 kilos, que la pareja tenía en su casa.
Según ha explicado esa ertzaina, que coordinó la actuación policial, en la tercera jornada del juicio que se sigue en la Audiencia de Bizkaia por el asesinato del actor vasco, el acusado y marido de la víctima pudo golpearle con esa obra de arte hasta causarle la muerte y después "se deshizo de ella", enviándosela como regalo a una amiga el mismo día del crimen.
Ha contado que esa amiga alertó a la Ertzaintza de que el día de autos Jon E. le había enviado con un transportista varios objetos de valor, cuadros y otras obras de arte que ya no iba a necesitar.
Tras la inspección policial del piso donde ocurrió el crimen, los policías no hallaron ningún objeto romo y contundente como el que los forenses habían descrito como arma homicida, y acudieron a la vivienda de esa amiga del acusado donde hallaron dos esculturas compatibles con las lesiones que presentaba el cadáver de Losada.
La coordinadora del caso ha considerado que ese gran pie grisáceo, en el que aparecieron restos de sangre de la víctima, fue empleado por su marido para golpearle en la cabeza y causarle un traumatismo craneoencefálico que le ocasionó la muerte.
Las cámaras de vídeo vigilancia del inmueble donde vivía la pareja muestran que Losada y el acusado salieron a pasear con su perro durante la mañana del 19 de noviembre de 2014, después de lo cual los forenses situaron la muerte del actor.
Hacia las 15:00 horas, el acusado sale con una bolsa de basura negra, donde podría haber llevado el cadáver del perro de la pareja y unos cojines con sangre que los agentes encontraron en un contenedor frente al portal de la vivienda, y va a un supermercado donde compra dos botellas de vermú.
Las imágenes muestran que regresa al piso y, hacia las 16:00 horas, recibe y ayuda al transportista con los regalos para su amiga, entre los que iba la escultura del pie.
Dos horas más tarde, vuelve a salir tras cambiarse de calzado y acude a un cajero, donde extrae 1.800 euros con las tarjetas de crédito de la víctima.
Varias amigas que han declarado como testigos han explicado que Jon E. a partir de ese momento estuvo con ellas y que tras averiguar que les había engañado sobre el paradero de su esposo, decidieron acudir al piso de ambos para averiguar lo que estaba pasando, momento en que el acusado se vio muy alterado.
Dos amigas de la pareja encontraron el cadáver de Koldo Losada, mientras otra esperó en la calle junto al acusado, que estaba siendo atendido por una ambulancia debido a "una crisis de ansiedad", según han indicado los agentes ante el tribunal.
Jon E. aseguró en su declaración en el juicio que aquel día empezó a beber alcohol y a ingerir barbitúricos a primera hora de la mañana, por lo que no recuerda nada de ese día hasta la llegada de la policía ya que sufre "agujeros negros" en la memoria.
Sin embargo, en las cámaras que registraron su actividad de ese día "se le ve que iba ligero", "andando correctamente" y actúa con diligencia en el banco para teclear en el cajero, sin evidenciar signos de embriaguez, ha indicado la ertzaina.
También ha explicado que junto al cadáver había un charco de sangre donde había dos huellas de zapatillas deportivas, como las que llevaba el acusado cuando salió por la mañana de casa y sobre las cuales los agentes de la policía científica hallaron restos de sangre con el ADN de la víctima.
Asimismo, los ertzainas descubrieron restos de sangre en el pantalón que llevaba el acusado cuando fue arrestado, que posteriormente se comprobó que también correspondía a Losada.
Tras su arresto, el presunto autor del crimen no quiso prestar declaración en comisaria, pero parecía orientado y solicitó ver a un médico, por lo que se le trasladó a un ambulatorio donde le administraron unos tranquilizantes.
La coordinadora de la investigación ha recordado que los agentes estuvieron especialmente atentos al estado de Jon E. tras su arresto porque el día de los hechos había dicho a sus amigas que sufría una enfermedad terminal y que le quedaba poco de vida.
Sin embargo, los investigadores comprobaron con el Servicio Vasco de Salud que no sufría ninguna patología grave como él había asegurado a todos sus allegados antes del crimen.
La Ertzaintza también comprobó que no era cierto que el bar "La gallina ciega" que regentaba el acusado estuviera cerrado por orden del ayuntamiento tras haber recibido denuncias por ruidos de los vecinos.
Descubrieron, por contra, que el bar debía 7.700 euros a un proveedor de vinos y que debía varios meses del alquiler del local.
Sin embargo, Jon había asegurado tanto a su familia como a sus proveedores e, incluso, a la asesora que le llevaba las cuentas que el motivo del cierre del local dos meses antes del crimen era administrativo y que planeaba reabrirlo.