Los niños vuelven a las escuelas cerradas

Cuenca

Con el inicio del curso escolar en Infantil y Primaria, abrieron sus puertas 20 escuelas rurales en Castilla-La Mancha de las cerca de 70 que se habían cerrado desde 2012 en toda la región. Fue entonces cuando el anterior gobierno del PP, aumentó la ratio mínima de alumnos por aula unitaria de los cuatro a los 11 niños. Con el cambio de gobierno y la llegada del ejecutivo de Emiliano García-Page, se volvió a reducir la ratio a los cuatro alumnos.

La provincia de Cuenca fue la más afectada por este recorte al cerrarse en sus pueblos la mitad del total de escuelas clausuradas en Castilla-La Mancha. También ha sido ahora la provincia más beneficiada con la reapertura de nueve colegios del total de 20.

En la comarca de la Alcarria conquense hay dos pueblos vecinos que han reabierto la escuela este curso. Son Torralba y Villar de Domingo García, dos municipios con características comunes: pocos habitantes, unos 100 el primero, unos 200 el segundo; población envejecida, y una economía basada en la agricultura.

En Torralba solo hay cuatro niños en edad escolar pero este año ya no se tienen que desplazar a la escuela de Albalate de las Nogueras, el pueblo de al lado, a 8 kilómetros, donde han estudiado los últimos tres años. "Lo primero es que nos ahorramos 16 kilómetros cada día de carretera, algo que ya es importante; lo segundo es que madrugan algo menos y, lo tercero, que estamos aprovechando unas instalaciones muy buenas que tenemos en el pueblo y que estaban abandonadas", explica Vicente Mañas, el padre de Diego, de ocho años. "El pueblo merece tanto tener un colegio como cualquier otro".

El padre contento y la madre, Pilar Villalba, tranquila porque Diego "madruga menos, llega antes a casa y no estoy preocupada porque está en la carretera los días que llueve o incluso nieva. Además, tener la escuela abierta es un recurso más del pueblo".

Iker tiene ocho años, estudia tercero de Primaria, le gustan las Matemáticas y no tanto Conocimiento del Medio. "Me gusta que se haya abierto el colegio porque yo me mareaba en el viaje", nos cuenta. "Es una pena que solo haya cuatro niños", comenta Chavi Villalba, el padre de Iker, "pero al menos los niños están en el pueblo y las escuelas abiertas".

En el pueblo de al lado, en Villar de Domingo García, hay seis alumnos entre los dos ciclos de Infantil y Primaria. El más pequeño es Javi, de tres años, el hijo de Jesús González: "la opción que teníamos, de no haberse abierto la escuela, era que el niño se montara en un autobús a las siete de la mañana para ir a Cuenca, a 30 kilómetros, en el servicio de trasporte escolar de los alumnos de Secundaria. Y regresaría después de las tres de la tarde".

La apertura de la escuela del Villar ha traído consigo el aumento de niños y de habitantes al pueblo. No muchos, pero "dos nuevas familias, de origen búlgaro, se han trasladado desde el cercano pueblo de La Ventosa a vivir aquí para que los niños puedan ir a este colegio", nos cuenta Jesús.