Cinco cajas negras. Dos mil, tres mil...

Alicante

Alfa y Omega. Haya gobierno progresista, de cambio o elecciones, Albert Rivera, Garzón y Pedro Sánchez han constituido el núcleo duro -la nueva derecha y el alma izquierda- han instaurado la piedra transversal sobre la que se escribirá la nueva Constitución. La nueva epifanía en la que debe estar todo dios. En el perímetro Varoufakis, elegantes y distantes -por ahora- Pablo Iglesias, Carmena o Colau. Y, of course, también -sí también- necesitamos a los aprendices de Pijos Sin Fronteras. Si sobreviven. En todo evangelio hay crucificados. Algunos resucitan.

La Santa Alianza. Ximo Puig consagra su matrimonio con Susana Díaz. Amor por lo sustancial, lo importante y lo urgente: la financiación. La única luz, hoy por hoy para el precariado, los dependientes y la decencia personal y colectiva indígena. In saecula saecolorum, amén.

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Madrid, Génova, el epicentro de la cosa nostra popular. La Valencia corrupta era -una vez más- una simple sucursal de la capital del Reino de España. Allí siempre centrifugan la mierda -con perdón- al Levante Feliz y nosotros -tan falleros- sublimamos, lo maredéudesamparatizamos todo carregant el bombo. Ruido, más ruido!!!, como diría Goethe-onzález Lizondo…!!! Alicante también es más que un Corte Inglés y el D’Angelo. Y sus alrededores.

El arte es la naturaleza. Francisco Camps y Rita Barberá imitan cada vez más a la Rita -un gin tònic més- y al Pare Camps -levitando, con su hornacina y con su micrófono sobrevolando la mascletà-. Camps y Rita cada vez más imitan a sus personajes de esta columna de la era del saqueo popular. Cinco cajas negras. La banda del empastre. Dios escribe con renglones rectos. Dos mil, tres mil…