¡Apaga y vámonos!

Murcia

Humor territorial y caspa.

Hace unos días leía en el periódico un artículo sobre si Murcia se iba a convertir en el nuevo Lepe. En la entradilla decía algo así como que «las mentes más ingeniosas de nuestro territorio patrio la habían erigido como su musa perfecta». Creo que ahí faltaría decir que las menos ingeniosas también la usan de inspiración, incluso más. No pienso entrar en esa trampa de pensar que no sabemos reirnos de nosotros mismos. Nada es más enriquecedor y divertido que sacrificar tu solemnidad en beneficio de la risa. Pero todo tiene un precio y creo que éste tiene que ir tasado en función de la calidad. ¿Quién la mide? Pues no sé, pero en estos minutos que vamos a compartir la voy a intentar medir yo, ya que tengo la palabra.

Cuando Faemino y Cansado vinieron a Cartagena hace unos cuantos años, pude comprobar el poco tiempo que te dejan para respirar entre carcajadas, pero también la genial capacidad que tienen para adaptar sus historias esperpénticas al lugar en el que actúan. Esa adaptación, habitual en la comedia, puede oscilar en un espectro entre lo patético y lo sublime. Y con demasiada frecuencia lo que nos encontramos tiende más a lo primero.

Y aquí es donde me lanzo. Pocas cosas me parecen tan casposas y regresivas como los nacionalismos y territorialismos varios. Y, por lo tanto, sitúo el humor territorial con mucha frecuencia en esa misma cubeta. Ojo, que hay guiños humorísticos muy buenos en ese sentido, valgan como ejemplo las míticas apariciones de personajes con acento murciano en Muchachada Nui, o los titulares inventados de El Mundo Today. Eso sería adaptar a una propuesta humorística con gracia un guiño territorial. El problema es cuando una puerta que está entreabierta se abre de par en par a causa de una tendencia absurda como ésta de Murcia, que campa a sus anchas por lugares virtuales llenos de graciosos de medio pelo como Twitter. Claro, se te cuela todo ahí y ocurre como pasó con Lepe, pero amplificado por las redes sociales en este caso. En el citado artículo, del periódico El Mundo, hay sobrados ejemplos de esto que digo.

Una pregunta: ¿de cuántos chistes de la avalancha de Lepe os acordáis? Seguramente de los mismos que me acuerdo yo de un libro que compré por cien pesetas que se titulaba 555 chistes cortísimos. Eran tan malos que se autodestruían al llegar al cerebro.

La actitud de un sector grande de nuestros «graciosos» locales tampoco ayuda. Si me permitís la metáfora fácil, hay unos gigantescos árboles, grandes como sequoias, que ocultan a menudo un creciente bosque de creatividad en muchas disciplinas. Esos árboles, muchas veces plantados en nombre de la promoción turística son la marinerica, el «pastelico» de carne, el «limoncico», el «solecico», el «acentico», el «acho», el «pijo», el «huevoh», el dantesco «murcianico style». Vaya brasa, hombre, ¿no os dáis cuenta? ¿Qué queréis que digan si exportamos eso nada más?. Aunque ya que mencionamos la gastronomía murciana, que me encanta, hay que recordar que en todos los sitios cuecen habas. He escuchado hablar a gente como si hubiera comido piedras en muchos lugares de España, he pasado mucho calor y mucho frío en otros tantos, sobre estupideces políticas, creo que no tenemos la exclusiva y sobre el relativo desconocimiento de esta zona: uno, creo que no es real y dos, si así es supondría un defecto del desconocedor en todo caso. ¡Cuánto daño ha hecho la penosa Ocho apellidos vascos!.

Ampliar

Cerrar

En fin, que para terminar, ya que he hablado de exportaciones, os diré que hay dos grupos murcianos, de una discográfica creada por un murciano y su pareja, que en marzo se cruzan el charco hasta Austin, Texas, para mostrar, en la segunda quincena, la música que se está haciendo aquí en el festival multidisciplinar South By Southwest, toda una referencia mundial para los programadores musicales de todos los países. La discográfica se llama Miel de Moscas y los grupos, que ya se han pateado España, se llaman Perro y Crudo Pimento. Ambos tienen muy buenas canciones, un sentido del humor particular, se les entiende muy bien cuando hablan y creo que no van a ir vestidos de huertanos, aunque lleven la huerta en la sangre. Nos vamos con esta apropiada canción del último disco de Perro: Cuñao, cuñao, cuñao.

¡Creatividad, qué hermosa eres!

Romualdo López.