Mazazo en El Molinón
Un Sporting calamitoso en defensa regala un partido clave para la permanencia y vuelve a caer al descenso

Alberto Morante (EFE)

Gijón
No es una derrota más; es una derrota grave. Por el fondo y por la forma. El Sporting no debía perder un partido en casa contra un rival directo que no le ganaba a nadie a domicilio y que llegaba a Gijón sin su máximo goleador. Pero sobre todo no podía perder como perdió. Mostrando semejante endeblez, regalando el partido a su rival, desperdiciando la ventaja que había conseguido con el gol de Carlos Castro y perdiendo hasta el golaverage. El resultado deja tocado al Sporting, porque le relega al descenso, pero además refuerza al Espanyol y a Las Palmas.
- FICHA TÉCNICA
Solo con intensidad y alegría en ataque, el Sporting no se va a salvar. Este equipo no puede mostrarse tan 'madre' en defensa. Todo el mundo salió de El Molinón con la sensación de que el Sporting le regaló la victoria a su rival. Cuesta decidir en cuál de los tantos del Espanyol el regalo fue mayor. Si la parsimonia y el desastre colectivo en el primero, si el regalo de Jony y el hueco de Isma López en el segundo, si el patinazo del precipitado Isma en el tercero o la dejadez de Vranjes en el cuarto. Errores gravísimos, impropios de un equipo que se caracterizaba por su solidez defensiva.
Dos caras
La teoría de la manta corta se hizo patente en El Molinón. El Sporting atacó bien y defendió horrible. Pero ya no solo el colectivo; también cada jugador a título individual. Como muestra, la banda izquierda: Jony e Isma López fueron una pesadilla para el Espanyol cuando atacaban y una bendición cuando defendían. O más bien cuando no lo hacían. En el equilibrio está la virtud.
Duele más la circunstancia después de haberte adelantado en el marcador y haber hecho una primera parte vistosa. Y después de haber recuperado para la causa a un brillante Carlos Castro, autor de dos goles más (lleva tres en cuatro partidos) y protagonista de una actuación muy destacada.

GRA322. GIJÓN (ASTURIAS), 27/02/2016.- El delantero del Sporting Carlos Castro (i) pelea un balón con el defensa del Espanyol Oscar Duarte durante el partido de la vigésima sexta jornada de liga en Primera División que se disputa esta tarde en el estadio / Alberto Morante

GRA322. GIJÓN (ASTURIAS), 27/02/2016.- El delantero del Sporting Carlos Castro (i) pelea un balón con el defensa del Espanyol Oscar Duarte durante el partido de la vigésima sexta jornada de liga en Primera División que se disputa esta tarde en el estadio / Alberto Morante
Es cierto que el Sporting pudo empatar y que lo rozó en dos ocasiones, cuando con el 2-3 estrelló dos balones en el larguero, pero no conviene olvidar que el Espanyol también se estrelló con la madera dos veces durante el primer tiempo. Fueron minutos en los que se vio a un Sporting volcado, arrebatador, al que la intensidad y el empuje no se le pueden discutir nunca. Pero el fútbol son más cosas.
Conviene reseñar también el horrible arbitraje de Velasco Carballo, que sacó de quicio al equipo y al público.
El partido genera dudas y certezas. En este último capítulo, algunas ya está asumidas, como la constatación de que sin Sergio Álvarez en el Sporting no hay felicidad. Y las dudas, ¿de verdad no tenía sitio en este equipo, para un tan importante, Alen Halilovic? ¿Ni Nacho Cases? ¿Y tanto marca la diferencia Vranjes para ser titular indiscutible?

David González
Vinculado a SER Gijón desde 1998. Director de SER Deportivos Gijón y voz de los partidos del Sporting...




