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VIGO HOY POR HOY

Título Javier Urra : “Los riesgos de la red son similares a los de la vida real”

El psicólogo navarro ofrece en Vigo una conferencia para “educar para un mundo pequeño”

Vigo

Es uno de los mayores expertos que tenemos en España a la hora de hablar de protección y mejora del entorno de niños y jóvenes. Su presencia en medios de comunicación es habitual para hablar desde su experiencia, por ejemplo, como psicólogo forense de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y del Juzgado de Menores de Madrid. Javier Urra es el invitado estrella de las III Jornadas de Educación Británica de O Castro British School que se celebran el viernes 4 de marzo en la Sala de Conferencias de Afundación. Urra ha pasado por Vigo Hoy por Hoy para contarnos como hay que “educar a nuestros niños, a nuestros alumnos y también a nosotros mismos”.

Usted es un experto en dar la batalla para crear un entorno mejor para los niños y jóvenes. ¿Cómo está evolucionando la sociedad y también la Administración para ayudar en esta lucha compleja?

Tenemos varias cosas. El tema de los niños importa mucho. En el aspecto legislativo hay que decir que, por fin, se movió algo. Se subió la edad de consentimiento para mantener relaciones sexuales a los 16; la prisión permanente revisable que es muy discutida pero para los que trabajamos a veces con pederastas nos damos cuenta de la importancia que puede llegar a tener. También legislativamente se hizo muy bien para quién ha sido pederasta, con juicio, no puedan volver a trabajar con niños. Ojo que son más de 40.000 personas en España que no van a poder ser profesores, no van a poder ser monitores, no van a poder trabajar en campamentos por tener juicio de autoría por abusos a la infancia.

Pero en el aspecto educativo…

Si. En el aspecto educativo, como siempre, seguimos dando pasos en falso o se sigue apelando a la responsabilidad de los partidos. Nosotros seguimos peleando para poder sacar una ley consensuada, que además tenga criterios comunes, y donde no se nos pierda la filosofía, la historia, la literatura…es un reto difícil pero bonito.

¿Qué le parece la sentencia del Supremo que habilitaba la posibilidad de que los padres pudiesen revisar o supervisar las redes sociales de los hijos. ¿Cómo se debe equilibrar lo que puede ser la prevención pero sin llegar al control?

Desde el sentido común. Con muy buen criterio el TS dijo que no era una persona cualquiera la que iba a invadir la intimidad, el honor o la dignidad de su hija de 15 años; que esa persona se llama madre. Claro que los padres tenemos que supervisar; si vemos que un niño trae una ropa que no es suya, o le vemos que mete unos productos que son de riesgo, o que se mete en grupos fanáticos o en páginas de la yihad, o empieza a perder peso y consulta páginas de anorexia, pues tenemos que impedirlo o dar la voz de alarma. Dentro de las obligaciones y responsabilidades del padre está la Patria Potestas; que no es que el hijo es nuestro, sino que tenemos obligaciones de defensa del mismo en la custodia, en la guarda y en la tutela. Lo que no nos podemos meternos es meternos en la vida interior de, por ejemplo, un chaval de más de 16 años, de la relación que pueda tener con su médico porque para eso tiene su tarjeta sanitaria, salvo que sea una situación de riesgo. Ahora, entrar en la red, en este caso una hermana, en la que ve fotos de desnudez que se está poniendo en riesgo…no es que deba de hacerlo, es que ha de hacerlo. Al menor claro que hay que tutelarlo, pero siempre desde el equilibrio y el sentido común.

Adicciones a las redes, captación a través de las redes, cyberacoso…¿habría que educar a padres e hijos en su uso?

El mundo es más chiquitico. El mundo está conectado en todo momento y en todo lugar. Antes era lo de los dos rombos en las películas y los padres nos apagaban la tele. Ahora el chaval está conectado con todo y con todos, tiene un acceso casi infinito a muchos temas que antes era impensable. Ahora se habla de temas que están en una nube jurídica. Ojo porque hay nuevas amenazas como la abducción para la Yihad. Yo conozco centros de reforma, donde tenemos a chicos que han intentado ir a la guerra en Siria o Irak para matar, porque no tenían una razón para vivir. Por eso los padres tienen que estar atentos. ¿Se puede poner fronteras? No ¿Se puede hacer una sociedad menos insensible y menos patológica? Difícil. Pero mientras tanto, mejoremos lo que tenemos a nuestro alrededor. Lo mismo que educamos a nuestros hijos para cruzar adecuadamente un semáforo, para prevenir y luego, cuando sea mayor, que haga lo que quiera, tenemos que prevenirles de los riesgos de la red. Unos riesgos que son similares a los de la vida real, pero que a los padres les atemorizan más porque lo ven detrás de una sombra.

¿Por qué en España se sigue viendo la conciliación familiar como un premio y la racionalización de horarios una locura?

El tema horarios es un desquiciamiento. Aquí en España son una locura. Los jóvenes y los niños llegan agotados al fin de semana pero, ojo, llegan mucho más cansados al lunes, después del fin de semana porque también son víctimas de esos horarios. Aquí las reuniones de trabajo se hacen con comidas o cenas, después hay que tomarse una copa o un orujo y, en muchas ocasiones, se convierte en la excusa perfecta para no tener que duchar o dar la cena al hijo, o para no hacer las tareas del hogar con la otra pareja. En este país tenemos que ser mucho más productivos, se nos va el tiempo en las reuniones que nunca sabemos la duración que va a tener. Cuando yo era presidente de la Red Europea del Consejo del Menor, la reunión tenía hora de finalización y, a esa hora, todo el mundo sabía que había que irse. Parece que somos víctimas de la necesidad de estar siempre en el mundo del trabajo pero nos olvidamos de la otra parte de la vida que es esencial.

Y eso lo pagan los hijos…

Es verdad que se ha legislado pero hay que ampliarlo mucho más porque eso es la calidad de vida para nosotros y para nuestros hijos. Tú, yo y tus oyentes somos lo que quedó del niño que fuimos; por lo tanto los primeros días, los primeros meses y los primeros años son fundamentales para los hábitos de la conciliación. Muchos chavales están todo el día en la red porque sus padres tienen horarios ilógicos, y además, lo cómodo es que ese hijo no moleste cuando llego a casa cansado del trabajo. Muchas patologías o déficits lo tenemos por culpa de los horarios.

Todos los expertos alertan del problema de raíz que hay en España por la obesidad infantil y la falta de la práctica del deporte. Tenemos un problema futuro muy grave pero no se habla demasiado.

Tenemos el mundo dividido en dos: un mundo en donde los niños están gorditos por la desnutrición y luego está la obesidad de Occidente; aquí producida, en la mayoría de los casos, primero porque se ingiere mucho y muchos dulces, grasas saturadas, en vez del bocadillo de toda la vida. También porque nos hemos olvidado del deporte como hábito saludable además de una alternativa de ocio. Si es cierto que se ha legislado, por ejemplo, para no permitir máquinas dispensadoras de bollos o chuches en los colegios, pero hay un problema nacional que tiene que ir más allá. Pero los padres no pueden eludir su responsabilidad; sobre todo hay que correr, hay que andar. Ahora el niño se levanta, coge el autobús, está 8 horas en el colegio, casi todo el rato sentado, vuelve a casa, se sienta a hacer los deberes y después se sienta a jugar o a ver la tablet. Ese niño no ha desgastado una caloría. Hay que volver a activar la práctica deportiva, los padres tienen mucha responsabilidad, ojo, no solamente en el colegio. El fin de semana pueden irse de acampada, senderismo, coger la bicicleta. También los padres tienen mucho que decir en la alimentación de los niños.

 
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