Josefa Hernández no podrá volver a su casa
El informe del proyecto de demolición contempla que, tras el derrumbe de la parte afectado por la sentencia judicial, la vivienda no será habitable. "La Abuela de Fuerteventura" y sus nietos viven, de forma transitoria, en un piso de renta libre del Gobierno de Canarias, en Puerto del Rosario
Cadena SER
Las Palmas de Gran Canaria
Josefa Hernández no volverá a su casa de Aguas Verdes, en Fuerteventura. Esta abuela obtuvo el indulto del Gobierno el pasado mes de agosto, después de entrar en prisión por negarse a abandonar su casa, construida en parte, en un paraje protegido, porque no tenía donde ir con sus nietos.
No volverá a su casa porque el informe técnico del proyecto de demolición de parte de la vivienda, ordenado por vía judicial, concluye que el inmueble no será habitable. De hecho, más de la mitad del mismo tendrá que ser reducido a cenizas, incluido el baño, y el texto no garantiza que el resto de la vivienda vaya a mantenerse en pie.
La conocida como "La Abuela de Fuerteventura" vive de forma transitoria en un piso de renta libre en Puerto del Rosario. Fue el Gobierno de Canarias quien aportó esta solución, tras la salida en prisión de Josefa, y mientras se procedía a la demolición de la parte de la vivienda afectada por la sentencia judicial. En el indulto se contemplaba un plazo de seis meses, que ya se cumplen, para que se procediera al mismo, y sin embargo, aún no se ha hecho. El Cabildo majorero y el ayuntamiento de Betancuria, municipio al que pertenece la localidad de Aguas Verdes, se comprometieron a acometer este derribo.
El Gobierno de Canarias, a la vista de este informe técnico, revisará todo el caso de esta vecina de Fuerteventura, ya que tal y como asegura Isabel Mena, la viceconsejera de Políticas Sociales del Ejecutivo, "la solución que se le dio fue transitoria, y si se va convertir en permanente, tendremos que estudiar la situación de Josefa, conjuntamente con el Cabildo de Fuerteventura y el ayuntamiento de Betancuria".
Hay que recordar que la entrada en prisión de Josefa Hernández el pasado mes de agosto generó una gran movilización social, ya que fue condenada por desobedecer a la Justicia, al no derribar parte de la casa en la que vivía con sus nietos, y que parte estaba levantada en un paraje protegido. No lo hizo porque no tenía ni los medios para hacerlo ni otra vivienda a la que poder trasladarse junto con sus nietos, que tiene a su cargo.
