El asalto controlado de Ximo Puig a las diputaciones
El Partido Socialista ya legisló en los tiempos de Lerma para disminuir su peso
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Alicante
Las diputaciones provinciales no tienen demasiado encaje en la España de las autonomías. Son frente de burocracia y de creación de redes clientelares. Gestiona además servicios que podrían gestionarse perfectamente desde los gobiernos autonómicos, incluida la atención a los municipios de menor población.
Antonio Zardoya / Silvia Cárceles
Antonio Zardoya / Silvia Cárceles
Ximo Puig ha iniciado un asalto controlado a las diputaciones. El Partido Socialista ya legisló en los tiempos de Lerma para disminuir su peso. Al presidente de la Generalitat le pueden mover dos motivos fundamentales: la convicción ideológica o el oportunismo político, puesto que las diputaciones de Alicante y Castellón están en manos del Partido Popular y le resultan unos estorbos, unos focos de contrapoder.
Ojalá Puig éste actuando por convicción política. Choca en cualquier caso la cruzada contra las diputaciones con la enérgica defensa que ha hecho su homóloga Susana Díaz. Más que chocar, chirría una barbaridad.
