El Govern prohibirá ir a la playa
Al Govern le costará recortar un derecho fundamental aunque ha quedado demostrado que Baleares no dispone de playa para todos. El paso de compartir a renunciar será traumático.

'La línea roja' de Matías Vallés (10/03/16)
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Palma de Mallorca
No es probable que usted tenga intención de ir hoy a la playa. La mala noticia es que en agosto lo va a tener más difícil que en marzo. No por el clima sino por la prohibición expresa del Govern.
Biel Barceló habló el lunes en el Fòrum de esta emisora. Llegó más lejos que ningún otro gobernante balear al proponer un límite en plazas turísticas y en el aforo de las playas. Por menos, Margalida Rosselló tuvo que soportar una cacería de la derecha que desarboló a la primera consellera de Medio Ambiente.
La playa forma parte de nuestra biografía y nuestra geografía incluso en el caso de que renunciamos solidarios a su uso. Al Govern le costará recortar un derecho fundamental aunque ha quedado demostrado que Baleares no dispone de playa para todos. El paso de compartir a renunciar será traumático.
Y si a Barceló le cuesta poner en marcha una ecotasa, a la que escapan millones de turistas, ¿cómo va a cerrar las playas?
Un aforo limitado implica un recinto limitado. La fértil comparación que hizo el Vicepresidente del Govern con los cines o con su querido Son Moix olvida que las playas con públicas o lo eran.
Puede que nos precipitemos en dar la alarma. La limitación en el desaforado número de visitantes sólo la impondrán los propios turistas cuando la incomoidad no compense el precio de su viaje y Baleares se convierta en ese sitio al que no va nadie porque siempre esta lleno.
Entre tanto habrá que canturrear un ritmo impensable: ¡vaya vaya aquí no hay playa!




