El drama de los refugiados, no en nuestro nombre

A Coruña

La SER pone en antena programación especial sobre el drama de los refugiados centrado estos días, desde el punto de vista mediático, en Idomeni. Escenario dantesco, éste también, donde miles de personas se hacinan entre el frío y el barro, con esa lluvia pertinaz e insistente a la espera de llegar a El Dorado. Europa se ha convertido en una fortaleza ciega donde rebotan, niñas y niños, mujeres y hombres, gente mayor. En la semana en que se puede ratificar la decisión de deportación por encima de todas la normas internacionales sobre el derecho de asilo y la decencia. Produce vergüenza que, viendo lo que estamos viendo, en Galicia solamente se hayan acogido 18 personas, sólo 18, desde que comenzó este horror, todas en la ciudad de A Coruña. Y frente a los miles y miles que llegan y quedan varados a nuestras puertas sólo esté previsto que lleguen otros 18. No por falta de interés o por frenos a su llegada desde aquí, si no porque el engranaje puesto en marcha por Europa y apoyado por el gobierno español hace imposible que puedan llegar. Estamos viviendo un drama sin paliativos, que hemos contribuido a agrandar hasta límites inconcebibles, que pone en cuestión los valores del mundo que van a heredar nuestros hijos y sus consecuencias. No se puede entender cómo gobiernos supuestamente civilizados crean a plena luz del día tanto dolor.