Amores perros (y otras mascotas)

Qué duda cabe, con Víctor Grande (14/03/16)
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De vez en cuando me gusta traer a esta sección alguna noticia llamativa sobre ciencia y es que cada día salen nuevos estudios, nuevos inventos y nuevos descubrimientos que nos hacen la vida un poco más fácil.
La noticia de hoy tiene que ver con perros y científicos. El titular es: Se ha descubierto que tener perro ayuda a mejorar las relaciones sociales. Hasta aquí todo normal, pero veamos con detalle el experimento.
Una científica llamada Deborah Wells, de la Universidad de Belfast, se dio unos cuantos paseos con diferentes tipos de perro: desde cachorrillos de labrador encantadores hasta rottweilers adultos con cara de pocos amigos. Justo detrás, otro científico apuntaba el número de personas que se paraba a hablar con ella, las miradas, las sonrisas y otros signos de relaciones humanas. Todo muy normal hasta ahora.
Ahora viene lo raro: Para contrastar los resultados obtenidos había que probar el experimento con algo que no fuese un perro. Pues bien, a estos científicos tan normales se les ocurrió que lo mejor sería darse un paseo con un osito de peluche atado a una correa. Claro, porque un perro y un osito de peluche son cosas totalmente distintas, sobre todo porque uno está vivo y otro es un juguete.
El caso es que durante sus paseos con el osito de peluche atado a una correa la gente ya no se paraba a hablar con la científica. Eso sí, aumentaban las miradas y los cambios de acera, por lo que sea.
Y hasta aquí el experimento. Los avispados científicos sacaron dos conclusiones:
Primera conclusión: la gente se acerca más a hablar contigo si llevas un cachorrillo de labrador encantador y adorable que si llevas un rottweiler. Quién lo hubiera dicho.
Segunda conclusión: los perros ayudan más a las relaciones sociales que los ositos de peluche. ¡Qué maravilloso descubrimiento!
Pues ahora solo falta publicarlo en una revista científica para que todo el mundo se sorprenda por estos increíbles resultados.
Pero como los científicos son insaciables y necesitan seguir averiguando cosas importantes para la vida, se realizó otro experimento con mascotas en general, para ver si llamaban la atención de la gente: Se descubrió, ojo cuidao, que una persona sentada en el banco de un parque recibe mucha más atención por parte de los viandantes si tiene en brazos un conejo o una tortuga que si hace pompas de jabón o bien si tiene al lado un televisor viejo. Como lo oyen, amigos.
La ciencia no conoce límites y está claro que sin este tipo de experimentos tan rigurosos jamás podríamos haber alcanzado el nivel de bienestar y prosperidad que tiene nuestra sociedad moderna.
Ya saben, si quieren salir a la calle a relacionarse, salgan con mascota, a poder ser que esté viva. Qué duda cabe.




