El informe de Icomos pide “suspender” el proyecto de las Atarazanas
El informe elaborado por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios pide modificar el proyecto en función de una "carta de riesgos, estudios previos y un plan director" cuya redacción y elaboración se aconseja "con urgencia"
Sevilla
El informe elaborado por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos por sus siglas en inglés) sobre el estado de las Reales Atarazanas de Sevilla, construidas en 1252 y declaradas Bien de Interés Cultural (BIC), y el proyecto destinado a remozar el monumento y adaptarlo como nuevo centro cultural recomienda "suspender" la intervención arquitectónica y modificarla en función de una "carta de riesgos, estudios previos y un plan director" cuya redacción se aconseja "con urgencia".
El informe en cuestión, firmado el pasado 8 de marzo por la presidenta del comité español de Icomos, Begoña Bernal Santa Olalla, deriva de la visita al monumento cursada por el experto de dicho organismo Juan Antonio Rodríguez Villasante, así como de sus entrevistas con los promotores y actores del proyecto en cuestión.
Para el monumento, formado por restos de la antigua muralla almohade, siete naves de las atarazanas medievales del siglo XIII, restos del apostadero de la Carrera de Indias de los siglos XVI y XVII y edificaciones de la Real Maestranza de Artillería pertenecientes a los siglos XVIII, XIX y XX, el proyecto plantea mantener libre el espacio medieval de la planta baja, --es decir las estructuras de las primitivas atarazanas mudéjares--, así como abrir el espacio hacia la calle Dos de Mayo, con una sala principal de exposiciones en la primera planta del edificio de cabecera, construido como Maestranza de Artillería en el siglo XVIII, y nuevos usos en la planta alta de las naves.
Pero los colectivos conservacionistas tachan el proyecto, avalado por la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico y su correspondiente licencia de obras, de "crimen patrimonial" al no recuperar la cota original del monumento y prever "la reforma de dos cuerpos edificados sobre las naves dos y cuatro, modificando sus cubiertas, cerramientos y distribución interior", con la instalación de "varias escaleras mecánicas y un nuevo forjado".
Además, critican la previsión de incorporar "micropilonos de hormigón a los pilares originales", lo que a su juicio supone "introducir elementos nuevos disruptivos con el entorno y contrarios a la conservación íntegra" del monumento, sobre todo porque los micropilonos de hormigón "no salvaguardan el patrimonio arqueológico".
El informe de Icomos, en cualquier caso, describe el monumento pormenorizadamente y considera que "este bien cultural complejo representa genuinamente las funciones y formas construidas que estudia y protege el Plan Nacional de Arquitectura Defensiva en el marco de actuación del Ministerio de Cultura de España y las consejerías de la administración autonómica, en este caso de Andalucía, en todo caso aportando las oportunas directrices y procedimientos desde su implantación en 2013".
Remitiéndose al Plan Nacional de Arquitectura Defensiva, el informe avisa de que las autoridades, por lo que respecta al monumento, no han contemplado "la necesidad de creación de una carta de riesgos (...), planteándose directamente la decisión de la rehabilitación de las construcciones". Por eso, Icomos entiende que "sería necesario hacer este trabajo y, en su caso, tomar decisiones, mientras no se iniciase la intervención de rehabilitación".