"Esto es una catástrofe humanitaria"
Tras 20 días en el campo de refugiados, el bombero compostelano Miguel Fernández demanda "valentía" a los políticos europeos y asegura que, sin el trabajo de los voluntarios, ya habría estallado una revuelta

Miguel Fernández, en el campo de refugiados de Idomeni / Facebook

Santiago de Compostela
Miguel Fernández llegó el 25 de febrero a Idomeni y en ese tiempo ha visto crecer el campamento desde los 4.000 hasta los 14.000 refugiados. Este bombero compostelano habla de una auténtica "catástrofe humanitaria". "No hay una reacción adecuada de las instituciones y las grandes ONGs" para hacer frente a la situación que viven quienes huyen de la guerra.
Falta comida y medicina y el clima no ayuda. "Todos los días se les moja la ropa, duermen en el barro" por eso algunos han empezado a utilizar para pasar la noche los baños o incluso edificios deshabitados. En Hoy por Hoy Santiago ha reclamado a Europa una respuesta "valiente", como la que está dando Grecia, un país "que se está volcando" con los refugiados. También ha reclamado esa misma actitud al concello de Santiago, para que le conceda una licencia retribuída —recogida por la ley— que le permita quedarse a seguir ayudando cuando finalice sus días de vacaciones; la respuesta ha sido negativa.
"Una de las noches en que estuve trabajando —poniendo tiendas de campaña con una temperatura de dos grados— me encontré a un chico que estaba casi muerto con hipotermia. Otra persona y yo le salvamos la vida". Esa hecho demuestra, para Miguel, la importancia de la labor de los voluntarios, "que ha evitado que estalle una revuelta". Por eso, no oculta sentirse "un poco decepcionado" porque el ayuntamiento "no me apoyase más".




