“Mi reto es hacer cosas que queden grabadas para la historia”

La Puebla del Río

En estos dos años de ausencias en los que las figuras del toreo no han pasado por la Real Maestranza, Morante de la Puebla es sin duda el toreo que más ha echado de menos la afición de Sevilla. Eso explica que su vuelta al coso del Baratillo, donde se anuncia cinco tardes, se esté viviendo en la previa como un auténtico acontecimiento. Para hablar de este y otros asuntos, estuvimos con Morante en la Huerta de San Antonio, su finca en La Puebla del Río a orillas del Guadalquivir. Aquí puedes escucharla:

-¿Qué sensaciones tiene a escasos días de su reencuentro con Sevilla?

-De mucha expectación por mi parte también, de mucha ilusión y de algo que no tiene nombre, que es el misterio de Sevilla. Después de dos años, va a ser muy emocionante.

-En esos dos años de ausencia, ¿qué sintió?

-Entre tristeza y rabia, pero había llegado el momento en que teníamos que parar porque no concordaba ese modo de tratar a los toreros con lo que Sevilla representa. Y paramos a sabiendas del daño que nos hacía, artístico y espiritual. Afortunadamente todo ha cambiado y nos encontramos con una empresa que tiene las ganas de hacer las cosas bien, que nos sintamos respetados y escuchados. Ahora estoy muy contento por mí, por mis compañeros y por Sevilla, que no podía estar más tiempo sin lo más granado del escalafón.

-Además, el tiempo le ha dado la razón frente a quienes mantenían que todo era una estrategia de Morante para que sus amigos los empresarios mexicanos se hicieran con la gestión de la Maestranza…

-Se ha visto que para nada. No sé de quién vendría esa estrategia, pero es verdad que hacía dudar a la afición y a mí me hacía mucho daño porque yo soy muy puro, me gustan en el toreo las cosas bien hechas, con honestidad y todos esos comentarios, por mucho que yo dijera que no, los fundamentaron de una forma que parecía que sí, pero a la vista está que yo lo único que quería es que todo fuese como siempre ha sido en Sevilla y que no nos sintamos a veces con tantas vejaciones.

-¿Cómo espera que sea la respuesta del público, teme que le pasen factura?

-Uno tiene que ser consecuente con lo que hace y está claro que los más perjudicados de todo aquello hemos sido los toreros, pero uno es consecuente y claro que el aficionado puede expresarse como quiera. Lo que uno no puede es esconderse. Hay que dar la cara, aquí estoy yo y decidme lo que queráis.

-¿Pesa mucho estar anunciado cinco tardes en el abono de Sevilla?

-Sí, pero debo asumir esa responsabilidad y después de dos años, según la empresa, soy necesario para darle a esto un giro hacia arriba. Lo asumo con mucha torería y moralmente estoy obligado, aunque no lo siento como una obligación, siento que el destino me ha deparado esto para que se cumpla.

-¿Y se pone algún reto para esas cinco tardes?

-La verdad es que tengo muchas inquietudes interiores y muchas cosas nuevas y a la vez viejas porque son sacadas del toreo antiguo, de Joselito. No sé, todo eso lo llevo conmigo y a ver si soy capaz de sacarlo. Esa es mi ilusión y que se quede grabado ahí para la historia.

Ausente en Madrid

La temporada de Morante en este 2016 no se va a caracterizar, precisamente, por la cantidad de festejos. El diestro cigarrero baraja sumar una veintena de paseíllos, contando los cinco que hará en Sevilla, y no irá a Madrid, donde no han atendido su petición de que se rebaje la inclinación del ruedo: “Ya estoy cansado de bregar con la empresa de Madrid”, dice al respecto el torero, “y de ir a disgusto. La problemática del ruedo de Madrid es para mí un hándicap insalvable porque me deja sin capacidad moral ni ilusión para hacer las cosas bien. Ese desnivel tan grande que tiene perjudica sobre todo al toro, que acusa mucho más las querencias y pierde mucho más el equilibrio, y lo mismo pasa con el torero, pero la Comunidad dice que no lo va arreglar y ya está, nos quedaremos aquí en La Puebla. Es triste porque después se juega en Las Ventas la Copa Davis y le ponen el ruedo como si fuese una tabla de billar y a nosotros, con la excusa de que si llueve no se formen charcos que obliguen a suspender, toma pendiente. Aunque esto viene de más atrás porque la cuesta en principio empezó a ponerse para que el toro pareciese más grande, lo que me parece un fraude para el público porque el toro es como es y en Madrid no puede ser más grande, no lo hay en el campo. Además, desde el tendido no se aprecia tanto esa cuesta, pero como los empresarios sólo ven los toros desde callejón, donde sí se nota mucho más, pues piensan erróneamente que hay que mantenerla”. Por lo demás y con vistas a la temporada, asegura que “es una alegría que José Tomás actúe en ruedos españoles por la repercusión que eso tiene en medios taurinos y no taurinos y el tremendo bien que le hace a la Fiesta”.