El cierre de las canteras de Güímar deja sin áridos a la Isla
El Cabildo de Tenerife ha planteado una solución que pasa por la instalación de una planta en el municipio de Arico
Santa Cruz de Tenerife
El precinto y cese de actividad de las canteras extractivas en Güímar ha provocado una carestía de áridos que ya está ocasionando problemas en el sector de la construcción. El director insular de Fomento, Miguel Becerra, en declaraciones a la Cadena SER, ha indicado que si bien la demanda de áridos ha bajado en los últimos años debido a la crisis económica, la incipiente recuperación del sector de la construcción puede llevar a que la Isla se quede sin materia prima. Ante este problema, el Cabildo de Tenerife ha planteado una solución que pasa por la instalación de una planta en el municipio de Arico. "Es cierto que hay un problema de áridos en la Isla debido a que se ha abusado de la explotación de los barrancos de Güímar y hay escasez", dijo Miguel Becerra.
Ante el déficit de materia prima, el sector ha buscado alternativas, empleando material reciclado, procedente de demoliciones de naves industriales, para poder satisfacer la demanda de obras de envergadura, como el puerto de Granadilla pero fuentes del sector reconocen que se trata de un parche a corto plazo. Antes de la crisis, Tenerife producía más de 30.000 toneladas al día de áridos.
Symposium
Los problemas derivados del sector de la construcción y las infraestructuras viarias se han tratado en vigesimotercer Symposium Nacional de Vías y Obras de la Administración Local, Vyodeal, organizado por la Asociación Española de la Carretera (AEC) con la colaboración del Cabildo de Tenerife y que se desarrollará en Puerto de la Cruz hasta el próximo viernes.
Durante tres días, cerca de 200 profesionales del sector debatirán sobre la interrelación entre las carreteras, el paisaje y el turismo. La AEC ha escogido Tenerife, teniendo en cuenta que recibió 5,1 millones de turistas el pasado año. Este volumen de visitantes en una Isla con una riqueza natural de alto valor ecológico y elevada protección ambiental (un parque nacional, un parque natural, diez reservas naturales, 14 monumentos naturales, nueve paisajes protegidos y seis sitios de interés científico, entre otros) obliga a una ordenación territorial que equilibre movilidad y respeto a los entornos sensibles.