Dime cuál es tu falla y te diré dónde vives
Las fallas nos han servido históricamente como sistema de referencia para orientarnos en nuestra ciudad gracias al uso de los topónimos

Valencia
En América, casi la totalidad de las grandes urbes, como Nueva York o Bogotá, usan números y puntos cardinales para nombrar sus calles, lo que sin duda es de gran ayuda a la hora de guiarte por sus avenidas. Pero en Europa, donde los nombres de las calles han sido utilizados en general, para honrar la memoria de nuestros prohombres, se ha desvirtuado la función primigenia de los topónimos de facilitar la localización y orientación en las ciudades. Y en muchas ocasiones resulta tedioso encontrar cierta dirección incluso haciendo uso de las nuevas tecnologías como el GPS.
Pero en Valencia, la gran Valencia formada por pueblos anexionados, barrios y topónimos por doquier, este hecho se minimiza gracias al tejido asociativo que forman las fallas y su implantación en todos los rincones de la ciudad. Dicho de otra manera, las fallas nos han servido históricamente como sistema de referencia para orientarnos en nuestra ciudad gracias al uso de los topónimos como nombre habitual y su arraigo en nuestra sociedad. Así, gracias a las comisiones, sabemos enseguida que Sindico Mocholí entronca con Ingeniero José Soto Micó y que la calle Cuenca cruza la plaza del Obispo Amigó. Los taxistas deberían estarnos eternamente agradecidos.
Un repaso de los nombres de fallas y calles, es decir, de las revistas falleras, guías urbanas y llibrets, de los últimos 150 años nos puede ofrecer un punto de vista novedoso en la historia urbana y toponímica de Valencia. Al fin y al cabo, la historia de nuestra ciudad, la que se nos quiere hacer recordar y parte de la que se nos quiere hacer olvidar.
Así, en la actualidad existen fallas que continúan usando la toponimia histórica de las calles donde plantan. Es el caso de la falla Borrull-Socors (en vez de Dr. Peset Cervera) o Quart Extramurs (en vez de Castán Tobeñas), por ejemplo. O fallas que siguen usando el nombre pre-democrático de la calle o plaza: Plaza García Morato-Yecla, cuando el nombre oficial debería ser Plaza Olof Palme-Yecla. También resulta curioso el caso de la falla Aras de Alpuente-Castell de Pop, que sigue usando el topónimo de Aras de Alpuente cuando el municipio al que va dedicada la calle ha cambiado de nombre por el de Aras de los Olmos. Paradigmático resultó también el caso de la falla de la plaza de la Reina, que no cambió de nombre a lo largo de los más de 10 años que duró la oficialidad del nombre de plaza de Zaragoza durante la década de los 70.
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