Cort monta un cirio pascual

Palma de Mallorca

Hace tres meses advertíamos a las autoridades que con las Navidades no se juega. El Ayuntamiento de Palma ha sido reincidente. Quería dar cera a las procesiones de Semana Santa, con la excusa de que el subproducto de las velas provoca accidentes y requería de un seguro específico.

Cort ha corregido finalmente su intención de zancadillear a los nazarenos, y hará penitencia en Semana Santa. Nadie ha solicitado a los concejales que participaran en las procesiones, aunque alguno merezca desfilar descalzo. Además, la actuación de José Hila como nazareno encapuchado no podría distinguirse de su trabajo como alcalde.

Peor todavía, el seguro de la cera denota falta de imaginación. La participación del PP en la procesión del Jueves Santo es un argumento ma´s poderoso para suspenderla, pero corresponde a las autoridades católicas delimitar con quién se juntan.

A muchos laicos, la famosa cera les parece menos resbaladiza que las terrazas del Born, instaladas de modo permanente. O que las obras que están lisiando ahora mismo la barriada de Génova, mientras Cort monta el cirio por una procesión.

Los progresistas suelen olvidar que, en España, hasta los descreídos son ateos del catolicismo, en la reserva como si dijéramos. Antes de su intentona de liquidar la Semana Santa, la izquierda debió consultar a su poeta de cabecera. Antonio Machado defendía al Cristo, ya sea como el hijo de Dios o como "el hijo del hombre que se hizo Dios para espiar en la cruz los pecados de la divinidad".