Podemos y el triste espectáculo del debate presupuestario

Cáceres

Extremadura comienza el año sin tener aprobados sus presupuestos, por segunda vez en esta legislatura. La compleja representación política que se sienta en la Asamblea Legislativa sirve para enriquecer el debate y aumenta la incertidumbre, pero dificulta muchísimo la gobernabilidad.

Extremadura necesita presupuestos, quizás más que ninguna otra Comunidad Autónoma, y la alternativa no puede ser el bloqueo. Así lo ha entendido la Junta de Extremadura, a quien corresponde la responsabilidad de elaborarlos y presentarlos. Y así lo han asumido el PSOE, como partido que sostiene al gobierno y, tras muchos esfuerzos y una larga negociación, el PP y Ciudadanos, que han decidido dar luz verde a su tramitación parlamentaria.

Podemos se ha borrado del debate casi desde el primer momento, negándose a presentar enmiendas que puedan mejorarlos, según su particular orientación política. Su alternativa es el no, es decir, no tiene alternativa. El problema está en que para presentar una enmienda que pretenda mejorar la financiación de una determinada partida hay que decir de dónde se resta el dinero necesario para conseguir aquella mejora.

Y eso es lo que no han querido hacer, porque tendrían que retratarse. Ellos prefieren decir dónde hay que gastar más, sin tener que explicar por qué hay que gastar menos en otras políticas. Es decir, están a años luz de asumir la responsabilidad de gobernar y, de momento, son una oposición inútil.

¿Significa esto que su modelo de gestión económica consiste en tener el dinero público amontonado, sin adscripción presupuestaria?

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Confieso que tengo ganas de que llegue el debate de los Presupuestos Generales del Estado, para comprobar si el modelo ensayado en Extremadura se impone a nivel nacional en esa formación política. Otro elemento para la reflexión en su Segundo Vistalegre.