No es el tiempo para los pobres
"La experiencia extremeña es cruel, las desigualdades no se están reduciendo y la pobreza tampoco está disminuyendo"
Mérida
Se cumplen nueve meses de las elecciones extremeñas que cambiaron el color del gobierno autonómico, ahora presidido por Fernández Vara, y dibujaron una nueva Asamblea extremeña con cuatro grupos políticos. Y han pasado tres meses de las elecciones generales, de gobierno en funciones de Rajoy y un polisémico y multicolor Congreso de Diputados.
Los asuntos dominantes del debate público han sido las dificultades para formar gobierno español, las noticias relacionadas con la corrupción y, en Extremadura, las dificultades para siquiera aprobar unos presupuestos autonómicos al gusto de quien quiere ejecutar su programa de gobierno. Pero las discusiones sobre estos temas han eclipsado prácticamente el principal problema del país que es el estado de emergencia social en que vive un tercio de la población. No, no es el tiempo para los pobres.
La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) recuerda como acicate la realidad de nuestra sociedad. Para el 78% de los ciudadanos, el paro es el principal problema de España. En Extremadura el desempleo crece, y el empleo que se crea precariza aún más la situación de los trabajadores y sus familias. Una inquietud sobre la que no hay cambios. La inexistencia de un debate político real que implique a los agentes sociales e implique a la economía pública y privada impide que el paro caiga siquiera a los niveles más óptimos de 2007, y sigue llevando a miles de familias a la pobreza y a la desestructuración, causando daños cada vez más difíciles de reparar.
Aquí no agrada que se hable de emergencia social con una tasa de paro por encima del 20% mientras que en Francia, con una tasa de paro del 10%, el presidente François Hollande ha decretado "el estado de excepción económico y social" activando un plan de 2.000 millones de euros adicionales para fomentar la formación y la contratación de medio millón de parados. En España urge formar un Gobierno cuanto antes para afrontar las situaciones más acuciantes, que ya no pueden esperar más.
No, no es tiempo para los pobres, aunque cada vez su número sea más extenso y su pobreza más intensa. La experiencia extremeña es cruel, las desigualdades no se están reduciendo y la pobreza tampoco está disminuyendo. España, después de Letonia es el país de la Unión Europea en que más crecido las desigualdades. La desigualdad no es un concepto abstracto, es un indicador de vida. Las raíces del deterioro social están muy relacionadas con la precarización del mercado de trabajo. Las diferencias de las rentas familiares disponibles entre los habitantes según sea su situación laboral y sector económico en el que trabajan tienen unas consecuencias terribles. Hay que seguir preguntándose cuándo será el tiempo para los pobres.