El confinado de Valdemeca y el matusalén de la Vega del Codorno
El confinado esculpió un nazareno mientras cumplía condena en Valdemeca. Y en Vega del Codorno vivía 'el tío Linete' que vivió hasta los 108 años a base de cazalla y leche de cabra
Cuenca
José Vicente Ávila recupera para la sección 'Páginas de mi desván' dos historia a cual más curiosa. La primera, menos conocida, trata del destierro que sufrió el abogado madrileño Antonio Torrejoncillo en Valdemeca, y en su confinamiento esculpió la imagen de un Nazareno. Y la segunda historia es sobre un popular personaje serrano, “El Tío Linete”, que saltó a las páginas de la prensa nacional en 1960 al cumplir 108 años sin haber montado nunca en tren y sólo dos veces en coche, confinado "motu propio" en su Vega del Codorno, aunque el origen de su nacimiento originó alguna polémica.
Páginas de mi desván. El confinado de Valdemeca y el matusalén de la Vega del Codorno
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El confinado respondía al nombre de Antonio Torrejoncillo Collazos, que junto a otras personas sufrió pena de destierro o confinamiento, en este caso en la serrana localidad de Valdemeca. Un pueblo entonces perdido en la Serranía, sin luz, carreteras ni caminos. A otro de los confinados lo mandaron a las Hurdes. Contaba un familiar, muchos años después, que Antonio estudió Derecho en Madrid y sin ejercer la carrera penetró en el mundo de la política activa, fue diputado, y en diciembre de 1931 se le acusó de un complot monárquico y por ello fue desterrado. El periódico nacional “El Debate” publicaba la noticia de que Antonio Torrejoncillo había sido confinado en Valdemeca, donde llegó en el mes de enero y desde el primer momento fue acogido en su casa por el párroco, Severiano Cano Marín.
El matusalén de la Vega del Codorno
El 24 de septiembre de 1960 se conoció a través de la prensa nacional y en el diario “Ofensiva” que en Vega del Codorno había cumplido 108 años de edad Lino Sánchez García, más conocido como “El Tío Linete”, nacido en esta localidad serrana de once barrios el 23 de septiembre de 1852. La referencia periodística señalaba que el día de su cumpleaños había hecho vida normal, lo que para él era desayunar una copa de cazalla de la sierra y un vaso de leche de cabra, y que la comida la había realizado en compañía de su hija mayor, de 73 años; de cuatro nietos, siete bisnietos y un tataranieto. Añadía la noticia de la agencia Cifra que “El Tío Linete”, que se encontraba bien, había montado a lo largo de su vida dos veces en automóvil y ninguna en tren. Y que continuaba trabajando pese a la oposición de su familia.