Con los pies en el suelo
A Coruña
Al principio de la temporada escribía en este mismo espacio que el Leyma Básquet Coruña debía de luchar por alcanzar dos objetivos primordiales este curso. Por un lado, estaba el objetivo meramente deportivo de mantener la categoría. Por otro, y si cabe más importante, el de atraer público a las gradas de Riazor y enganchar al aficionado coruñés al equipo de baloncesto de la ciudad.
El primero se ha conseguido con varias jornadas de antelación. El Leyma Básquet Coruña supo sobreponerse a un titubeante inicio y encontró la llave para sumar las victorias necesarias para no pasar apuros y para que el playoff sea ya una realidad tangible, teniendo incluso el factor cancha al alcance de la mano.
En cuanto al segundo objetivo, decir que, a pesar del buen juego, de las continuas iniciativas sociales y del esfuerzo del club por visualizar su labor, el Leyma Básquet Coruña sigue sin tener el respaldo de la localidad. En las últimas jornadas se ha observado una notable mejoría en el aspecto de las gradas del Palacio de los Deportes de Riazor pero a nadie, ni dentro ni fuera del club, se le escapa que las cifras de abonados y de asistentes a los partidos ha sido durante toda la temporada insuficiente.
Os preguntaréis, ¿a qué viene hablar de esto ahora? ¿No sería mejor hacer examen de conciencia al final de temporada?
Pues bien, retomo este tema porque he empezado a leer en las redes sociales a personas que, ahora que los resultados acompañan, se suben al carro en plena marcha y hablan del ascenso… Incluso algunos hacen un llamamiento para conseguir el apoyo de los Riazor Blues. Y yo no estoy de acuerdo, protesto.
Protesto porque no creo que se pueda/deba hablar de ascenso a la liga ACB. Creo que haciéndolo estamos engañando a la gente. Para ascender a la Liga Endesa hay que ganar los playoffs, apear de esta lucha a muy buenos equipos. El ascenso deportivo es complicado pero es posible. El Leyma Básquet Coruña ha demostrado a lo largo de todo el curso que no es inferior a cualquier otro conjunto de la liga. Lo que parecen pasar por alto estas voces (no sé si de forma interesada o no) es que para participar en la Liga ACB es necesario cumplir una serie de exigentes (prohibitivos) requisitos económicos. Que pregunten si no en Burgos, donde un club histórico desapareció sin poder competir en la Liga Endesa después de conseguir tres ascensos consecutivos en la cancha. Que pregunten en Palencia, donde los responsables del Quesos Cerrato, serio aspirante a terminar la presente edición de la LEB Oro, que aún se está disputando, en la primera plaza no mienten ni se esconden y reconocen la imposibilidad de hacer frente a los costes económicos del ascenso. No, a nivel financiero el ascenso es ahora mismo una quimera. Ni el Leyma Básquet Coruña ni la ciudad están preparados para salir en Liga ACB el próximo mes de octubre.
Protesto también (y lo hago con todo el respeto) porque no me gusta la idea de ver a los Riazor Blues en las gradas del pabellón de los deportes. Creo que el lugar de este grupo es el estadio de fútbol, donde han sido y todavía son una pieza fundamental para empujar al Deportivo. Si no me gustaba la idea de ver al Leyma Básquet Coruña vestido de blanquiazul, tampoco me gusta tener a la afición del Dépor en las gradas del pabellón de Riazor. Cada uno en su ambiente. Conozco a unos cuantos miembros de los Riazor Blues y puedo decir que no les gusta el baloncesto. Respetable. Estoy seguro de que también los habrá a los que sí les guste el deporte de la canasta. De acuerdo, que se acerquen estos al pabellón, que vengar a animar y a dar color a la grada. Que disfruten del espectáculo, serán bien recibidos. Pero ¿qué pasará la próxima campaña, cuando el Leyma Básquet Coruña compita de nuevo en la LEB Oro (y, ojo, que no es tan sencillo conseguir los avales para inscribirse en esta liga, hagan memoria) y estas personas regresen a su hábitat natural, que es el campo de fútbol, y se olviden una vez más de los que juegan con la pelotita naranja?
El Leyma Básquet Coruña ha llegado a donde está a través del trabajo duro, de la confianza y fidelidad a un estilo de juego que está dando sus frutos. Tiene opciones de playoffs, de competir por el ascenso DEPORTIVO, porque siempre ha tenido los pies en el suelo. No pequemos ahora de imprudentes, no echemos las campanas al vuelo. Disfrutemos de lo mucho que nos está dando este grupo de jóvenes jugadores pero no vendamos humo, no les añadamos presión, no la necesitan.
Empecemos por disfrutar del partido del viernes. Recibimos al F.C. Barcelona Lassa “B”. Pese a que el filial blaugrana lleva tres derrotas consecutivas, no será un partido fácil. Recibiremos a un equipo plagado de jóvenes talentos (mucha atención a lo que puedan hacer Marc García, Stefan Peno o Emir Sulejmanovic) pero que destaca por la presencia en su plantilla de dos campeones de Euroliga, los veteranos Jaka Lakovic y Lubos Barton, reclamo más que suficiente para que los poco habituales se acerquen a Riazor.
