115 días pendientes del SAMA

Zaragoza

Se cumplen 115 días de huelga en los autobuses de Zaragoza. Este pasado viernes hubo una nueva reunión en el SAMA, sin ningún avance entre ambas partes y el Ayuntamiento tomó ayer dos decisiones: revisar al alza los servicios mínimos y nombrar un nuevo interlocutor entre las partes. Ambas desconocen  qué papel va a tener. Se trata del catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de Zaragoza, Juan García Blasco. 

A día de hoy, las negociaciones siguen congeladas. Dice el comité que la empresa está haciendo caso omiso a la voluntad de los trabajadores, expresada en el referéndum de hace una semana y que rechazó la última propuesta de convenio. Javier Anadón, presidente del comité, ha señalado que "si no desconvocamos los paros, (la empresa) no se sienta a negociar", pero "la plantilla no nos autoriza a desconvocar los paros  pero sí estamos autorizados a negociar y eso es lo que le hemos transmitido a la empresa".

Sin embargo, el gerente de Auzsa, Manuel Ramo, remarca que la última propuesta (la que se votó en referéndum) vino avalada por el propio ayuntamiento (que se mostró partidario del sí en ese referéndum) y que no hay motivos para mantener los paros. Señala Ramo que los trabajadores "saben perfectamente que la propuesta es el máximo al que puede llegar la empresa". En el caso de que "quieran modificar algo, habrá que abrir varios puntos y cómo encajamos lo que quieran ellos cambiar; a eso la empresa está dispuesta siempre y cuando el coste económico no vaya más allá de lo que supone" la última propuesta.  

De momento, tienen una nueva cita en el SAMA el martes, a las 10 y media de la mañana. Los trabajadores esperan que acuda el nuevo interlocutor nombrado por el ayuntamiento, el catedrático del Derecho del Trabajo de la Universidad de Zaragoza, Juan García Blasco, aunque ninguna de las partes sabe cuál va a ser su función, por lo que están a la espera.

La revisión - línea por línea - de los servicios mínimos es la otra novedad anunciada por el consistorio. Los trabajadores se muestran cautos y no se posicionan porque "no sabemos si la decisión que tomen vulnerará (o no) nuestro derecho de huelga". La empresa lo ve con buenos ojos. Para Ramo, "el criterio de proporcionalidad con el que se dictan unos servicios mínimos después de 115 días de paros ya no era real". O lo que es lo mismo: "el daño que está causando la huelga exigía ajustar y reforzar esos servicios mínimos". 

La junta de portavoces también reiteró el viernes que los ahorros por los paros se devolverán a los usuarios con bajadas en los precios de billete y en los abonos.