Bonig: palabras con olor a naftalina y sabor a rancio
Isabel Bonig muestra su desconocimiento de la Santa Faz y de las particularidades de la sociedad alicantina
La Columna de Carlos Arcaya | Isabel Bonig y la Santa Faz | 08/04/2016
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Alicante
Vive y deja vivir. Esa es una de las mejores peculiaridades del carácter alicantino. Y esta característica se pone precisamente de manifiesto en la Santa Faz. Una celebración que sirve de argamasa social: une a todos, pero cada uno a su aire.
Al asegurar que los nuevos gobernantes quieren ‘descafeinar’ esta tradición religiosa, Isabel Bonig muestra su desconocimiento de la misma y de las particularidades de la sociedad alicantina. Más allá de que son palabras con olor a naftalina, saben rancias y las vemos en blanco y negro.
Hay dirigentes del PP que todavía no han terminado de asumir la aconfensionalidad del Estado y por tanto, no han soltado amarras con la iglesia.
Todos los extremos son malos: cercenar la libertad de los ciudadanos, no solo la religiosa, es tan malo como querer imponer una moral trasnochada e incluso, ultramontana.