Cuentos en la sobremesa para acabar con los roles aprendidos del machismo

Sevilla

Ricardo y Jorge tienen 12 y 14 años y han pasado media vida de casa en casa de acogida. Su padre maltrataba a su madre, Rosario, y esa vivencia les ha dejado secuelas profundas. Sus ojos reflejan una madurez que quizás les viene grande.

El padre de los niños ya ha fallecido y ellos, con su madre, intentan normalizar ahora su vida. En ese proceso de reconstrucción personal, juega un papel importante Mujeres Supervivientes, una asociación sevillana de ayuda a mujeres víctimas de violencia machista.

Cada miércoles, desde hace seis meses, la familia acude al comedor social que la asociación ha puesto en marcha. Comer allí es mucho más que almorzar. Las mujeres que se sientan a la mesa con Rosario, Ricardo y Jorge son para ellos una gran familia. Chicas de todas las edades que han pasado por el infierno del maltrato y otros niños que, como ellos, también son víctimas de la violencia machista. Compartir experiencias les sana. Las promotoras de la asociación, Antonia Ávalos y Nerea Sanchís, han querido convertir aquel lugar en un espacio para el cariño y la sobremesa se ameniza con música y con un cuentacuentos.

A través de los cuentos, de la música o de pequeñas obras de teatro, los más jóvenes “disfrutan y aprenden a desmontar roles de género, a no repetir conductas aprendidas”, afirma Antonia Ávalos. "Además, hablamos de política, colaboramos en todo y aprendemos que las mujeres no están para servirnos" añade Jorge.

El hijo mayor de Rosario recomienda a otros niños en su misma situación que no se rindan: “Que ayuden a sus madres, necesitan un apoyo donde poder derrumbarse y quien las ayude a levantarse".

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