Sentido común

No será una buena noticia si finalmente tendremos que ir a unas elecciones el 26 de junio. Y no lo será porque cualquier situación que los ciudadanos perciban como debilidad, inestabilidad y no fortaleza de la democracia no conviene precisamente a la mejora de la misma. Esta es una razón que nos debería de hacer pensar mucho en un momento en el que las exageraciones del capitalismo le cuestan a la democracia mucho esfuerzo para controlarlo el mensaje sería para debilitarla. A veces el capitalismo nos formatea como una máquina que consume, que piensa que el progreso es infinito, que nos mantiene en diversos estados de ansiedad para justamente para eso, para el materialismo que está en parte del negocio. ¿Y si fuéramos felices, serenos, tranquilos, mejores ciudadanos, con menos cosas que a veces cuestan dinero y quizá la felicidad cueste poco o casi nada? ¿Y si todo esto se pudiera trasplantar a la política y entendiéramos que es mucho mejor ser demócratas sin líneas rojas que no fueran solo y exclusivamente lo que está en el código penal y lo que es inaceptable para nuestro estado constitucional? En fin, sentido común.