Rafael Serna corta una oreja en Aguascalientes
El joven diestro dibujó el toreo de capa más bello de toda la temporada en el coso hidrocálido
Aguascalientes
Incidencias: Algo más de media entrada, en tarde nublada y con rachas de viento.
6 novillos de Fermín Rivera, desiguales de presentación y juego. Destacó el tercero que premiado con el arrastre lento.
Pesos: 397 kg, 395 kg, 384 kg, 419 kg, 412 kg y 432 kg.
Juan Pablo Herrera, (azul rey y oro): Palmas en su lote.
Rafael Serna, (azul pizarra y oro): Oreja y palmas.
Juan Padilla, (uva y oro): Silencio en su lote.
Con el primero de su lote, Rafael Serna realizó un toreo de capote simplemente impresionante, las verónicas de recibo y el quite por chicuelinas y tafalleras fueron rematados artísticamente. Lo anterior constituyó sin temor a equivocarme el toreo de capote más importante de toda la temporada. Los albores de su faena fueron en el terreno de los tercios desde donde dimensionó un toreo ortodoxo que definitivamente fue bien aquilatado por los aficionados. En el centro de la plaza aprovechó las condiciones del novillo y con ello trascendió con mucha fuerza, sobre todo cuando dibujó un toreo muy clásico. Con la faena hecha ejecutó un gran espadazo por lo que cosechó una oreja de peso.
Con el quinto de la tarde y con la intención de abrochar el triunfo, el español Rafael Serna estuvo variado con el capote, sin embargo las cosas importantes nuevamente llegaron con la muleta, tandas por el derecho en los medios aderezadas con interesantes detalles. Desafortunadamente la cosa se acabó pronto, no obstante efectividad en la suerte suprema y palmas.
Después de haberse presentado en la final del “Novillero Monumental”, Juan Padilla ha querido agradar al público ejecutando un valiente toreo con el capote. De manera vibrante y justo en el centro del ruedo clavó las zapatillas para dibujar dos cambiados por la espalda. La faena se dividió en dos partes, la primera en la que llegaron las series por el pitón derecho, lamentablemente en la segunda le perdió la distancia a un astado que dicho sea de paso fue premiado con el arrastre lento. Al final y después de un pinchazo se retiró en silencio.
Con el que cerró plaza el joven de Monterrey ejecutó largas en tablas y esforzado toreo de capote. Con la muleta las cosas fueron por el mismo camino, lamentablemente falló con la espada por lo que se retiró en silencio.
Con el que abrió plaza, Juan Pablo Herrera saludó con una larga pegado en tablas para luego torear a la verónica, complació a la concurrencia cubriendo con voluntad el segundo tercio. Con la muleta las cosas fueron de mucho mérito y si bien no llegó la ligazón si los deseos y las ganas, no obstante que en un descuido fue alcanzado sin consecuencias. Tras fallar con la espada sonaron dos avisos.
Con el cuarto de la tarde que fue un novillo más fuerte. Tanto con el capote como con las banderillas, Juan Pablo Herrera nuevamente proyectó voluntad. De rodillas y en el terreno de los medios trató de ligar los muletazos, lamentablemente las cosas no se dieron; ante la falta de transmisión del novillo un espadazo efectivo, al final un sector del público sacó los pañuelos pero la petición no prosperó.