Un granota nunca desiste

Valencia

Se llama Rubén Vicente, vive en Alboraya, tiene tan solo 15 años y es abonado del Levante desde hace tan solo 20 meses. Su pasión por el decano no le viene de cuna, de hecho en la conversación que mantuvimos con él en el programa 'SER DEPORTIVOS' asegura que el primer estadio que pisó fue Mestalla.

Sin embargo, eligió convertirse en un granota más por ese espíritu competitivo que había visto en un club modesto de Primera, que jugó la Europa League y que conformaba sus plantillas con mucha imaginación y poco dinero.

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Un minuto después de que su equipo cayera derrotado en el Benito Villamarín, con una mezcla de sensaciones y de colores, como el azul y grana de sus cartulinas decidió estampar lo que le dictaba su corazón.

'Muchos ya no creen, pero otros, hasta que las matemáticas no lo resuelvan no dejaremos de animar y por mi parte os pido que no os rindais, ni dejeis de luchar porque sois de Primera. Un granota nunca se rinde"

Mientras Deyverson y Simao planificaban su festival al regreso de la capital hispalense y Feddal decidía alargar una cena familiar hasta entrada la madrugada, Rubén contaba las horas  para llevarles al entrenamiento dominical una pancarta de apoyo incondicional.

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La cara de felicidad de Rubén aguardando la salida de sus ídolos y la oportunidad que el presidente le brindó de acceder a la puerta de los vestuarios donde entregó su pancarta a los capitanes, contrastaba con el rostro desencajado de Deyverson que llegó directo desde la discoteca a la sesión regenerativa programada en el estadio Ciutat de Valencia y en cuya tribuna estará animándole un niño que sigue soñando con la permanencia. Macho Levante.