‘El enjambre del poder’

Algeciras

Como en las fábulas de Samaniego, el poder tiene esa fuerza de atracción de no confiar demasiado en los amigos y saber utilizar a los enemigos. De ahí que tal como decía don Félix María: “A un panal de rica miel, dos mil moscas acudieron, que por golosas murieron presas de patas en él”.

Y es que el poder es como un imán, si no observen estos días en los que estamos en la cuenta atrás hasta el 2 de mayo para la formación de un nuevo gobierno o ir a las urnas y hemos podido contemplar todo tipo de pintorescas y curiosas reacciones.

De todas formas, queridos oyentes, no les voy hablar de los distintas actitudes de los protagonistas porque supongo que estarán ustedes hartos de escuchar en comentarios y tertulias todo tipo de opiniones sobre Rajoy, Sánchez, Iglesias y Rivera.

Así que permítanme ustedes, aprovechando este espacio de la firma del Hoy por Hoy del Campo de Gibraltar, que hagamos juntos algunas reflexiones sobre el enjambre del poder.

Resulta curioso observar, la cantidad de moscas, mosquitos y abejas que rodean la tarta del poder, haciendo realidad el refrán que con tanto acierto nos dice, que no es más rico quien más tiene sino quien menos necesita.

Estos seres ansiosos por vivir a la sombra de quien manda en cada momento, están dispuestos a hacer lo que sea, carecen de dignidad personal y su condición de mercenarios llega hasta tal punto que acaban engañándose y traicionándose a ellos mismos.

Los procesos de negociación y electorales, son una buena ocasión para que observemos como se desenvuelven estos peligrosos individuos. Estas ratas de alcantarilla dispuestas a servir a su señor y a su enemigo. Todo es válido con tal de estar. Son mercancía que se subastan al mejor postor.

Su máscara de quita y pon, se colorea según el pincel que maneja su amo y por unas monedas o una empresa en un paraíso fiscal, y a cambio realiza todo tipo de monerías y acrobacias al ritmo que les marcan.

Siempre hay gentes dispuestas a pagar fieles , seres inseguros y necesitados de constante aprobación, enfermos de vanidad deseosos de ser elevados a los altares por creyentes a sueldo , traidores dispuestos a ser odiados , incluso por aquellos a los que sirven.

La batalla para evitar que estos impresentables, accedan con sus malas artes a la vida pública es muy difícil. Su capacidad para embaucar, su actitud egoísta y dominadora de la voluntad de los demás les convierte en los mayores enemigos de la Comunidad y en vampiros de los intereses colectivos.

Y es que algunos desde el poder aprovechan la necesidad que tiene la gente de creer en algo, juegan con sus fantasías y deseos, manipulan los corazones y las mentes de los demás.

Nuestra esperanza nos debe mantener alerta, vigilantes de que no hay nadie capaz de engañar a todos en todo momento y lugar, por lo que más temprano que tarde son descubiertos y reciben el justo rechazo por su despreciable comportamiento.