Rita Barberá, persona non grata
El testimonio de Barberá vale lo mismo que su carrera política, con su equipo imputado al completo por corrupción y ella salvada por el aforamiento bendecido por Rajoy. Esperemos que a estas horas ya se haya largado de Mallorca.

'La línea roja' de Matías Vallés (13/04/16)
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Palma de Mallorca
Rita Barberá estuvo ayer en Mallorca, no fue el mejor día para la isla. Por las calles se notaba una melancolía especial, y eso que en escándalos políticos las hemos visto de todos los colores.
El ayuntamiento palmesano, que retiró la placa de la Rambla de los Duques de Palma, debió declarar persona non grata a la madrina del PP, tan querida por Rajoy.
Barberá llevaba en Palma el collarón de perlas de las grandes ocasiones. Inocente de toda inocencia, se presentó ante la Audiencia de Balears con el salvoconducto del Tribunal Superior de Valencia, que la absolvió junto a Francisco Camps porque no todas las comunidades persiguen la corrupción con el mismo interés.
Es curioso que se admire a personajes como Rita Barberá por no tener pelos en la lengua, cuando a la hora de la verdad se comportan con la cobardía de descargar toda responsabilidad sobre sus subordinados.
Si la alcaldesa de Valencia no tuvo nada que ver en que Urdangarin saqueara tres millones de la comunidad citada tras reunirse con ella, para qué seguir.
Matas y Rita Barberá, mismo combate. Los auxiliares administrativos de sus autonomías firmaban contratos millonarios de media docena de líneas sin avisarles, los muy rojos.
El testimonio de Barberá vale lo mismo que su carrera política, con su equipo imputado al completo por corrupción y ella salvada por el aforamiento bendecido por Rajoy. Esperemos que a estas horas ya se haya largado de Mallorca.




