Se deja ir y cede dos puntos ante un flojo rival

Sevilla

Es curioso cómo al mínimo contratiempo o resultado negativo para el Sevilla, las críticas hacia Unai Emery vuelven a ser virulentas. Es curioso cómo este entrenador, con el que el Sevilla ha logrado dos títulos de Europa League y va camino del tercero, y que está clasificado para la final de la Copa del Rey, sigue teniendo tantos detractores entre los seguidores del Sevilla pese a haber convertido al equipo en un rival imposible de abatir cuando a la hora de disputar eliminatorias a doble partido se refiere. Pero el empate cedido por el conjunto sevillista ante el Deportivo, en un flojo partido, vuelve a provocar todo ese fenómeno. 

El Sevilla, definitivamente, le dice adiós a la Liga. En realidad ya le dijo adiós a intentar el asalto a la cuarta plaza tras su derrota casera ante la Real, pero ahora parece haber dimitido incluso de pelearle a Athletic y Celta el quinto puesto, sabedor de que, si no baja del séptimo, tiene asegurada su presencia en Europa, una vez más, la próxima temporada. Porque si no, no se entiende esa desidia ante un flojo rival como el Deportivo, que sólo tuvo opciones ante la suficiencia de los locales. De hecho, sólo bastó ver cómo tras el gol de Oriol Riera a nueve minutos de la conclusión, el Sevilla de Coke, Kolo, Cristóforo, Escudero, Curro o Juan Muñoz, por citar jugadores cuestionados o con escasísima experiencia en el fútbol de élite, acorralaba y enbotellaba al Dépor en su área en unos minutos finales en los que no llegó el gol del triunfo sevillista de puro milagro. 

Era normal que Emery diera descanso a jugadores que necesitan parar para afrontar las grandes citas que tiene pendiente el Sevilla en los torneos del KO, sin olvidar el derbi del próximo domingo; era normal también que se resintiese la calidad y la intensidad del equipo, pero el pecado fue confiarse demasiado a la suerte y a unos cambios en los que Emery, gran responsable de los éxitos del equipo, no valoró lo suficiente al rival que tenía enfrente y dio por hecha la victoria. Seguramente, con Iborra y Llorente en el campo, el gol victorioso hubiese llegado en esos minutos finales de impotencia gallega para salir de su área tras lograr el tanto del empate.

Hacía más de un año que el Sevilla no empataba en casa en cualquier competición -2-2 ante el Barcelona la temporada pasada- y tampoco es que sea un resultado trascendente si sigue esa racha triunfal del equipo en su competición favorita, la Europa League, pero ganar siempre es bueno. Para aumentar la confianza, para ganar en ambición y para romper una racha negativa -sólo un triunfo, en Bilbao, en los últimos seis partidos oficiales- que, en Liga, supone un sólo puntos sumados de doce posibles. Cuanto antes se den cuenta los propios profesionales de que el equipo no se ha caído y que son capaces de volver a enlazar triunfo tras triunfo, mejor. Porque al Sevilla le quedan muchas cosas importantes por jugar...

FICHA TÉCNICA:

 Sevilla FC (1): Sergio Rico, Coke, Carriço, Kolodziejczak, Escudero, Iborra (N’Zonzi, minuto 74), Cristóforo, Reyes (Curro, minuto 60), Éver Banega, Konoplyanka y Fernando Llorente (Juan Muñoz, minuto 64).

Deportivo de la Coruña (1): Manu, Juanfran, Lopo, Sidnei, Fernando Navarro (Jonás Gutiérrez, minuto 77), Luisinho (Cani, minuto 46), Fayçal Fajr, Mosquera, Borges, Luis Alberto (Oriol Riera, minuto 53) y Lucas Pérez.

Goles: 1-0, minuto 22: Iborra. 1-1, minuto 81: Oriol Riera.

Árbitro: Jaime Latre, aragonés. Amarillas para Lopo, Carriço, Curro y Oriol Riera.