El Govern dispara las listas de espera
Si se tarda menos en operar o atender a un paciente, cómo es posible que crezca el número de ciudadanos a la espera de operación o atención. Según esta ley, el Ib-Salut debe ordenar a los médicos que trabajen menos, para que así se reduzcan las listas de espera.
'La línea roja' de Matías Vallés (20/04/16)
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Palma de Mallorca
Hay mentiras, grandes mentiras y estadísticas. Por tanto, si los datos te fallan, inventa una estadística consoladora. Juli Fuster, director general del Ib-Salut, ha recurrido a este truco de prestidigitación.
Las listas de espera se medían antiguamente, y como su propio nombre indica, por el número de personas que aguardan una intervención quirúrgica o una visita al especialista. Dado que estas dos cifras se han disparado en el primer año del actual Govern, Fuster señala que hay que mirar el tiempo de espera, que según sus datos se ha reducido.
Se llega así a un milagro numérico. Si se tarda menos en operar o atender a un paciente, cómo es posible que crezca el número de ciudadanos a la espera de operación o atención. Según esta ley, el Ib-Salut debe ordenar a los médicos que trabajen menos, para que así se reduzcan las listas de espera.
O los habitantes de Balears se han puesto masivamente enfermos con este Govern, y no subestimemos la potencia patogénica de los políticos, o confían más en este Govern que en el anterior para pedir tratamiento.
En ambos casos, nos acercamos a la preocupante frontera de que uno de cada diez habitantes de la comunidad aguarde atención médica, un dato muy peligroso porque la sanidad pública es la religión contemporánea.
La sanidad es todo menos gratuita, y el aumento de las listas de espera cuestiona su universalidad. El director del Ib-Salut hará bien en calibrar los efectos de este crecimiento malsano con su consellera. En el despacho o en casa.
