Risas y lágrimas de tres días de cine

Málaga

Tres días dan para mucho en Málaga. Para recorrer la ciudad, gato de coche en mano, con sed de venganza, como hace Mario Casas, en Toro. Para encerrarse en una mansión en la que escenificar un gran y divertido engaño como hace Belén Rueda en La noche que mi madre mató a mi padre. Para investigar por qué se suicidan los trabajadores de una multinacional, como hace Maribel Verdú en La punta del iceberg. Para buscar infructuosamente a los verdaderos responsables de los males del país, como hace Alain Hernández en El rey tuerto. O para cruzar sobre ruedas la madrugada de una ciudad en pos de la felicidad, como hacen los personajes de Rumbos.

Lo mejor de Toro (Kike Maíllo) es la contundencia de su puesta en escena, las convicentes interpretaciones, la radicalidad de su guión. Pero es en esta ambición por lo desmedido donde también están sus flaquezas.

La noche que mi madre mató a mi padre (Inés París) es una divertidísima y sorprendente comedia de enredo con muy buenos actores sobre las ansias del éxito y con mucho metalenguaje sobre el cine. El ritmo no decae, a pesar de permanecer casi todo el metraje en un único escenario. Brilla en el reparto, por encima de todos, una estupenda María Pujalte. 

La punta del icerberg, de David Cánovas, parte de un buen texto teatral de Antonio Tabares pero su traslación al cine termina siendo mecánica y fría. La película, protagonizada por una esforzada María Verdú, subraya con brocha gorda cada mensaje moral que quiere transmitir sobre los excesos del capitalismo y la presión que sufren los trabajadores.

El rey tuerto, de Marc Crehuet, también está basada en un texto teatral que el mismo autor llevó a escena como director y escritor. Con los mismos actores ha trasladado al cine esta contundente historia sobre un policía antidisturbios, el chico al que ha reventado el ojo con un pelota de goma y sus dos novias. Aunque el lastre teatral no desaparezca, la poderosa fuerza del guión y unos solventes actores, en especial un estupendo Alain Hernández, que interpreta al policía, elevan esta adaptación cinematográfica y pone al espectador donde quería el autor, en el interrogante de quiénes son los buenos o los malos, y cuál es la verdad sobre los responsables de la crisis.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

El fin de semana ha terminado en Málaga con risas y lágrimas, la que propicia Manuela Moreno en Rumbos. Una historia de vidas cruzadas durante una madrugada en la ciudad. Es un guión perfectamente trazado, con un ritmo impecable, y unos maravillosos actores que emocionan a la vez que las vidas de sus personajes se van perdiendo y encontrando. Destaca una deliciosa Pilar López de Ayala y una vibrante Carmen Machi, haciendo de otra inolvidable puta que sumar a la historia del cine español.