Nadie quiere ser una víctima
A Coruña
El paraninfo de la Universidade da Coruña ha acogido la primera jornada a nivel estatal sobre el estatuto de la víctima. Nadie quiere ser una víctima pero cualquiera podemos terminar siéndolo en un segundo, advertía una de las participantes, madre de una de las chicas fallecidas en la tragedia del Madrid Arena. Y entonces aparecen, que aparecen, las trabas del sistema para depurar responsabilidades. Porque, al final, detrás de las grandes catástrofes como el Alvia o la tragedia del vuelo de Spanair, o de las lacras sociales que siegan a las personas, como la violencia machista, el drama del amianto o el intrusismo médico, está la dejación de responsabilidades, de controles, la responsabilidad de los poderes de arriba. Poderes que se escudan en las culpabilidades de bajo nivel, el maquinista, el piloto que murió en el accidente del avión, sin que se pueda avanzar en la depuración real. Poderes que invitan a denunciar por ejemplo en el caso de la violencia machista pero no dotan a los juzgados ni a las comisarías. Las víctimas, nadie queremos ser víctimas, tienen por fin un estatuto que las protege algo, pero nace sin presupuesto ni concreción. De eso se habló en el paraninfo. Su lucha nos beneficia a todos que cogemos trenes, aviones, vamos al médico y trabajamos en algunos casos no sabemos con qué materiales ni sus efectos. Necesitan paz personal y apoyo social. Justicia.
Sutil Karmico. En la curva de Angrois.
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