Ahora hay que salvar el barco y después buscar culpables y soluciones
"Si no tienen desfibrilador en casa, cómprenlo. Nos queda un final de infarto"

Palma de Mallorca
Rafael Nadal ya es el tenista en la historia con más títulos sobre tierra batida. Tiene los mismos que Guillermo Vilas, 49, pero en su palmarés hay nueve Roland Garros y títulos de mayor rango que en el del Argentino. En total, Nadal acumula ya 69 títulos a lo largo de su carrera, lo que se dice pronto. Y ha vuelto a demostrar, por segunda semana consecutiva, que su nivel tenístico está muy bien.
De hecho, si analizamos los torneos de Nadal en los últimos siete meses, su nivel de juego ha sido muy bueno pero ahora, además, se ve recompensado con resultados, con títulos. Ya es el segundo mejor tenista del año, después de Novak Djokovic. Y eso que tiene un punto negro como fue caer en la primera ronda de Australia. Hoy queda más claro todavía que fue un accidente. Lo mejor, que queda Nadal para rato. Y ojalá sea con muchos más títulos porque se los merece por cómo es como tenista y por las lecciones que nos da fuera de ella asimilando derrotas y situaciones difíciles con naturalidad. Igual que tampoco se excede en las victorias.
Otra cosa es el Real Mallorca. Si no tienen desfibrilador en casa, cómprenlo. Nos queda un final de infarto. Tres semanas sin ganar y otra vez a un punto del descenso a falta de siete partidos. Ahora ya no solo juega el ser mejor que el rival, cosa que el Mallorca no demuestra en el campo, como vimos ayer en Lugo, también el saber manejar la ansiedad, los nervios y todos estos aspectos que se multiplican en estas situaciones. De nuevo, el Mallorca exhibio una imagen que da pena, que entristece pero, sobre todo, no sumó en Lugo. Y a estas alturas es más que preocupante. A veces da la sensación que se ha perdido el rumbo y que no se sabe muy bien a dónde vamos ni cómo evitarlo. Hay tiempo. Poco. Muy poco. Ahora es momento de salvar el barco para que no se vaya a pique. Y luego llegará el momento de buscar culpables y soluciones. Y ese es un trabajo de Maheta Molango, que no hizo cuando llegó y deberá hacer cuando acabe la liga. Le guste o no.




