‘Que no se vuelva a repetir’

Firma Luís Romero, 'Que no se vuelva a repetir'
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La parálisis que nos invade, en lo político, no debe conducirnos a la melancolía. Momentos de peor ambiente hemos sufrido desde la recuperación de la democracia y hemos salido de ellos con bien, al menos hemos salido vivos y con alguna que otra lección aprendida. Aprendimos, por ejemplo, que vivíamos en un país no tan distinto ni tan distante del resto de europeos, donde la alternancia política es algo asumido como lo más natural. Y el mundo no se acababa por ello.
Ahora, cuando en algunas democracias europeas consolidadas, o eso creíamos, resulta que quienes no se han caracterizado precisamente por la defensa de las libertades y los derechos ciudadanos, reciben el apoyo mayoritario de la ciudadanía, aquí estamos en otro estadio, en otra discusión, en otro momento. No sé si alguno se habrá dado cuenta que, renunciar a formar gobierno tomando como referencia ineludible el resultado electoral –es el que es y no hay más que hablar- e insistir en volver a preguntarle a los ciudadanos qué quieren, cuando ya lo han dicho hace escasamente cuatro meses, sólo puede llevarnos a repetir lo dicho o a perder la ilusión por el sistema. Y esto último sería lo peor que nos podría suceder.
Vamos irremediablemente a otras elecciones, aunque como se suele decir hasta el rabo todo es toro y hasta el último día en el último minuto, todo es posible. ¿O no?
Hemos llegado hasta aquí tras un 15M que todo lo cambió. Hemos llegado aquí porque los partidos tradicionales han engendrado, sí ellos, otras formaciones que lo que han hecho ha sido repartir los votos que ya existían en cada lado el espectro entre más contendientes y, así, se ha complicado el resultado y los pactos posteriores. Supongo que de los excesos verbales o de los compromisos electorales de las nuevas formaciones políticas, expresando su renuncia a pactar con quienes protagonizaron la etapa anterior, han venido los problemas que hoy padecemos. Sin duda, si hay de nuevo campaña y nuevas votaciones, algo habrán aprendido de aquello y limitarán sus expresiones públicas.
De todas formas, es más que posible que la gran pregunta de esta nueva campaña que se nos avecina sea con quién está usted dispuesto a pactar, porque no de otra manera se podrá formar gobierno en España. De eso no hay la menor duda. No sé por qué me da en la nariz que, por activa o por pasiva, los líderes de todas las formaciones van a ser mucho menos explícitos en sus manifestaciones públicas. No vaya a ser que los ciudadanos se empeñen en repetir su voto del 20 de diciembre y la volvamos a liar. Lo preocupante es que los electos no han sabido, esta vez, cumplir la orden recibida de los electores. Esperemos que no se vuelva a repetir.




