Las Pilas, un barrio abandonado

Algeciras

No es la primera urbanización, ni tampoco será la última, que el ayuntamiento de Algeciras no recepciona como consecuencia de la no finalización de las obras conforme al proyecto presentado en su momento. Y no le falta razón a los responsables, pues la ley y la norma ha de cumplirse siempre. Pero quién hizo la ley hizo la trampa y en este caso, como en tantos otros que hemos contado en este programa, ha sido el ayuntamiento quién ha proporcionado una primera licencia para la ocupación de las viviendas a los vecinos que, en la mayoría de los casos, se encontraban haciendo frente a los pagos de la hipoteca, además del alquiler de la casa que en ese momento estaban ocupando. Y es ahí donde radica, en la mayoría de las ocasiones, el problema, pues se otorga esa licencia y la promotora o la constructora “olvida” sus compromisos urbanísticos, canalizaciones, saneamiento, acerado etc…

También es cierto que los ayuntamientos retienen una fianza a los promotores, en concepto de aval, con lo que pretenden que estos cumplan con la correcta urbanización de la zona, pero estas son tan pequeñas que parece, en muchos casos, que es más rentable perder la fianza que terminar la urbanización. Y quienes de verdad pierden siempre son los mismos, los vecinos, los sufridos compradores del sueño de su vida en forma de vivienda que ven como el sueño se convierte en pesadilla.

Ampliar

Cerrar

Es lo que nos han contado los vecinos de la Urbanización Las Pilas, en la carretera vieja de Los Barrios, frente a La Menacha “aquí no hay limpieza, el alumbrado nos lo pagamos nosotros, las ratas campan a sus anchas, hasta culebras nos hemos encontrado en la calle y de seguridad mejor ni hablamos” es lo que nos cuentan los vecinos con los que hemos podido hablar esta mañana en el programa.

La sensación de abandono, de estar pagando las tasas, los impuestos, el IBI como cualquier algecireño y no recibir nada a cambio genera un estado de impotencia generalizado en el vecindario. Son 400 viviendas que se han quedado perdidas en mitad del campo, parcelas llenas de rastrojos expuestas a que se produzca un incendio. Los vecinos sólo esperan que alguien se tome en serio su problema y busque una solución.