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El grupo Alboraya y los balnearios

Después de la Guerra Civil, el ayuntamiento franquista de Valencia tuvo ante sí el reto de rotular una cantidad ingente de calles

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Valencia

Después de la Guerra Civil y una vez borrados del callejero los vestigios de cualquier época pasada, el ayuntamiento franquista de Valencia tuvo ante sí el reto de rotular una cantidad ingente de calles. Pero ni ante tamaña empresa se creó una comisión especializada ni se realizó un proyecto serio de rotulación de calles. Los nombres de nuestras vías se fio a la improvisación y al gusto de este o aquel funcionario o cronista de turno, lo que nos  ha dejado un nomenclátor de lo más incoherente y variopinto. Eso sí, gracias a lo cual, nuestro callejero está plagado de leyendas y anécdotas de lo más curiosas que nos ayudan a entender un poco mejor la historia urbana y toponímica de nuestra ciudad. Historias curiosas como la que traigo hoy al blog, la de los pueblos de veraneo de la burguesía valenciana en el nomenclátor.

 EL GRUPO RESIDENCIAL ALBORAYA

El  grupo de viviendas protegidas, conocido como “Grupo Alboraya” en sus inicios y “Grupo Generalísimo Franco” a partir de 1950 por exigencias del guión, pasa por ser la primera promoción de viviendas protegidas que llevó a cabo el Ayuntamiento de Valencia después de la contienda bélica. Situado en un solar propiedad municipal entre el camino de Alboraya, las vías del trenet y el brazo de Alegret de la Acequia de Mestalla, este grupo de viviendas empezó a gestionarse en 1929, pero no fue hasta 1943 cuando el arquitecto Javier Goerlich Lleó realizó el proyecto definitivo, que acabaría por construirse en 1950.

 LOS BALNEARIOS VALENCIANOS

En 1950, con el país intentándose recuperar de la guerra, los balnearios eran vistos como algo inalcanzable para las clases bajas, pero volvían a ser centro de reunión y descanso de la oligarquía dominante. A parte del de la Alameda, los balnearios de Cofrentes, Bellús, Benimarfull e incluso el más modesto del río Molinell en Oliva, estaban entre los preferidos de las clases pudientes valencianas.

CUATRO TOPONIMOS PARA EL GENERALISIMO

Efectivamente, a finales de 1949, ante la inminente entrega de las nuevas viviendas construidas en medio de la huerta del camino de Alboraya, al Ayuntamiento de Valencia le urgía poner nombre, tanto a la calle interior del grupo, como a las que le circundaban. Sin proyecto alguno para la rotulación de calles, uno de los ponentes del negociado de estadística propuso los nombres de cuatro balnearios valencianos, que sin duda, fueron aprobados de inmediato, tanto por la necesidad de rotular esas cuatro calles,  como seguramente por los momentos que evocaban dichos balnearios y su importancia dentro del ocio de las clases acomodadas. Que eran, dicho sea de paso, las clases que decidían los nombres de las calles y no los futuros vecinos del barrio, que seguramente no habían pisado un balneario en su vida.

Así fue como el 25 de noviembre de 1949 el Ayuntamiento de Valencia decidió que la calle interior del grupo de viviendas Generalisimo Franco llevase el nombre de Bellús y  las otras calles que lo rodeaban, exceptuando la calle de Alboraya, los de Cofrentes, Benimarfull y Molinell en honor a dichos balnearios valencianos.

Puedes leer el artículo completo en: http://valentinatopofilia.wordpress.com/

 
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