La suma de partidos no es suma de votos

'La línea roja' de Matías Vallés (02/05/16)
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Palma de Mallorca
La ventaja histórica del PP, así en España como en Balears, ha consistido en monopolizar la derecha política. La fragmentación purista de la izquierda supone un 'handicap' electoral.
Por tanto, la coalición electoral de las coaliciones a la izquierda del PSOE consolida las aspiraciones que ya convirtieron a Podemos en segunda fuerza balear el 20D.
De hecho, la disolución en Més es la mejor idea que tuvo el PSM en toda su historia. La disolución en Izquierda Unida es el gran remedio del Partido Comunista para evitar la extinción. Y la disolución en Podemos es la mejor idea de los sectores que han descubierto el vicio de votar diferente.
Sin embargo, la izquierda haría bien en moderar su euforia. Por mucho que PP y PSOE se muestren especialmente débiles en Balears, la suma de partidos no es suma de votos, y los anteriores comicios no sirven de precedente. Més ya conoció en diciembre la triste decepción de arrastrar los resultados de unas elecciones autonómicas a unas generales.
En una alianza postelectoral cabe cualquier capricho, de UM a Los Verdes. En cambio, la alianza preelectoral debe producirse entre partidos con un contingente importante de seguidores que hayan votado indistintamente por todos ellos.
Esta condición de simpatía previa se produce en la alianza de Podemos, Més etcétera etcétera. Sin embargo, uno de cada tres votantes de los partidos iniciales se mostrará reacio a la integración. Los candidatos deberán doblegar estas reticencias.




