Las carreteras son de los mallorquines
Las carreteras son de los mallorquines, y a alguien se le olvidó consultarles. Los residentes se quedaron aislados dentro de una isla. Conviene recordar que los numerosos alcaldes que protestaron y que exigen mejor información pertenecen a los partidos que gobiernan el Consell

'La línea roja' de Matías Vallés (03/05/16)
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Palma de Mallorca
Es probable que el pasado sábado participara usted contra su voluntad en un hecho insólito en la historia de Mallorca. Sin más suspense, me refiero a la apropiación indebida de las carreteras de la isla por parte de las autoridades del Consell de Mallorca.
Las carreteras fueron entregadas a cinco mil cicloturistas de la carrera Mallorca 312. Su combinación de deporte y turismo prevaleció el pasado sábado sobre la movilidad –o mejor dicho, sobre la inmovilidad- de un millón de mallorquines y turistas de a pie.
Los defensores del colapso hablan de la tópica creación de riqueza. Los atrapados en los atascos también se dirigían a la creación de riqueza, en algunos casos mediante su trabajo. Sin embargo, no les dejaron crearla, sin que nadie haya hecho balance.
Las carreteras son de los mallorquines, y a alguien se le olvidó consultarles. Los residentes se quedaron aislados dentro de una isla. Conviene recordar que los numerosos alcaldes que protestaron y que exigen mejor información pertenecen a los partidos que gobiernan el Consell.
En la permisividad de la institución insular con la carrera del colapso no sorprende el autoritarismo que sería excesivo atribuir a sus responsables. Lo preocupante es su desconocimiento de la realidad congestionada de Mallorca, en el fin de semana de comienzo oficial de la temporada alta.
Balears no ha resuelto la ecuación sobre el número de personas que caben en el Paraíso.




